Un exagente del Grupo Especial de Operaciones (el grupo considerado como la élite de la Policía Nacional) fue el que el pasado martes consiguió detener al atracador que asaltó un banco de Gijón a punta de pistola y liberar a los nueve rehenes que se encontraban en el interior de la sucursal situada en la avenida de la Constitución. Según fuentes cercanas a la investigación del caso el funcionario (que también es jefe de los patrulleros de la ciudad) aprovechó un descuido del delincuente para ponerle las esposas. Pocos minutos antes otros dos agentes habían entrado en la sucursal vestidos de paisano.

La intervención de estos dos agentes fue fundamental, de hecho, para acabar con la tensión que durante 40 minutos dominó la oficina de La Caixa asaltada. Los agentes se hicieron pasar por clientes. Su trabajo permitió que no hubiera heridos y que todo quedase en un susto. Pero no fueron los únicos protagonistas del operativo que acabó cerrándose con éxito. También tuvo parte de "culpa" de que todo acabara bien el dueño de un comercio cercano a la sucursal que se disponía a cerrar el negocio cuando se percató de que un hombre accedía a la sucursal con la cara tapada con una especie de media y con una pistola en la mano. La rápida alerta del comerciante a la Comisaría permitió que dos funcionarios de paisano se colaran en la sucursal.

En pocos minutos se estableció un dispositivo de cierre en las inmediaciones del banco. Se acordó la zona y hasta se cerraron al tráfico las calles cercanas. Los dos policías "de paisano" tranquilizaron a los clientes y trabajadores de la sucursal informando en todo momento al negociador que se encontraba fuera de la oficina. Gracias a su compenetración los agentes sembraron dudas en el atracador. Cuando desde el exterior se le comunicó al delincuente que entrarían a entregarle lo prometido, éste se despistó y el ex agente de los Geo, consiguió detenerle.