Cuatro empresas (la murciana Eneas, la catalana Copcisa, la cántabra Drasemar y la firma local Gijonesa de Actividades Subacuáticas) optan a hacerse con el contrato de la EMA (Empresa Municipal de Aguas de Gijón) para llevar a cabo la compleja reparación del emisario submarino de Peñarrubia. Una reparación que debería estar culminada, según el compromiso de la EMA y la prioridad establecida por el gobierno local, antes de la temporada de baños.

El emisario submarino de Peñarrubia, de 2.590 metros de longitud y 1.400 milímetros de diámetro, forma parte del sistema de depuración de Gijón Este que alcanza una población de unos 150.000 habitantes. Las inspecciones realizadas el pasado año detectaron diversos problemas en su funcionalidad, siendo el principal el afloramiento de aguas fecales en algún punto a medio kilómetro aproximado de la costa. La sospecha de los técnicos es que pudiera haber "un desajuste en alguna de las bridas de unión entre tramos del emisario que permite la salida del agua residual".

La apertura de sobres que debería resolver la adjudicación del contrato está prevista para el martes 28 de marzo, aunque desde la EMA se apunta que podría necesitarse más tiempo para determinar la adjudicación si hubiera ofertas con bajas temerarias respecto a los 264.775 euros en los que han sido presupuestada.

Una vez adjudicado el trabajo las empresas tendrán un mes para redactar el proyecto de intervención. Los responsables de la EMA tienen claro que la reparación del emisario "entraña dificultades técnicas singulares", entre otras cosas porque en la zona donde supuestamente se está generando el afloramiento de aguas fecales la tubería está alojada en una zanja excavada en roca y posteriormente hormigonada. Para identificar con exactitud el problema la propuesta de la EMA es que se lleve a cabo una demolición parcial del relleno de hormigón mediante buzos con quebrantadores hidráulicos y se realice una perforación en el propio emisario para introducir una cámara robotizada que pueda inspeccionar y localizar la fuga. Y todo ello, coordinando esas tareas con el funcionamiento del emisario. Una vez analizado el proyecto y decidida la forma de intervención, la empresa adjudicataria tendrá un mes para ejecutarla.