La Escuela Politécnica va a formar a partir de 2018 al que, dicen, es el "ingeniero de moda". Ingeniería de Organización, el nuevo grado que está en proceso de lanzamiento, está en boca de muchos porque así lo reclaman las empresas de múltiples sectores que buscan la adaptación, renovación y evolución de su funcionamiento para adaptarse a los nuevos requisitos del mercado. Los conocimientos básicos ingenieriles adquiridos como las matemáticas o la física, los tecnológicos -se estudian todas las tecnologías existentes- y los conocimientos sobre gestión empresarial son las patas del trípode sobre el que se asienta este grado que convierte al estudiante en una pieza codiciada por las empresas gracias al valor añadido que supone alguien capaz de hacer más eficaz y más eficiente a una empresa, tanto grandes como pequeñas.

"El perfil transversal de un ingeniero de organización supone un valor añadido que requerirán todas las empresas, especialmente del sector servicios", sostiene David de la Fuente, docente en la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón (EPI). "Las empresas lo demandarán en Asturias como sucede en otras ciudades donde los alumnos de este grado dan soluciones a los problemas de las empresas, que van específicamente a buscarles", incide el profesor.

Una opinión en línea con Carlos Prado, presidente de la Asociación para el Desarrollo de la Ingeniería de Organización y docente en la escuela de Vigo. "Su visión global y la capacidad de ir sin miedo tecnológico, abordando y dándole una vuelta a todos los procesos que se desarrollan en una empresa, de cualquier tipo es su valor añadido", reflexiona Prado. Los expertos coinciden en que un ingeniero de organización es la mejor herramienta para lograr una empresa más eficaz y eficiente.

Esta nueva titulación que la EPI sumará a su oferta educativa a partir del 2018 se imparte en un total de 26 universidades españolas, públicas y privadas, repartidas por todo el país y cuenta con una plena comunicación entre ellas a través de la Asociación para el Desarrollo de la Ingeniería de Organización (Adingor), entidad formada por personal docente. Además, tienen en común el sobrante de solicitudes para cursar estos estudios en la práctica totalidad de las mismas, puesto que la colocación en el mundo laboral de los graduados es inmediata según los expertos.

La versatilidad del graduado es otro activo importante. Encaja en todo tipo de departamentos, desde marketing hasta recursos humanos, pasando por logística o compras. Esta nueva titulación, en consecuencia, está enfocada en el ámbito empresarial, al análisis y diagnóstico de problemas, al diseño de soluciones factibles y a la implantación de estas mismas soluciones y su mejora continua correspondiente. Unas características que permiten la inclusión del graduado en todo tipo de empresas, ya sea dentro del propio sector industrial (como la automoción, construcción o alimentación) como en el sector servicios -donde se está registrando un importante auge en los últimos años- pues este "ingeniero total" tiene fácil encaje, según los expertos, en la banca, la salida, la administración pública y el mundo de la comunicación.

De entre sus posibles funciones, los expertos, señalan la gestión de producción y recursos humanos, la logística y los sistemas de información, el desarrollo de la innovación tecnológica, la estrategia y política industrial. Incluso proyectos de ingeniería, consultoría y la gestión de la calidad y de riesgos laborales. Múltiples actividades en torno a la organización empresarial con acomodo "en cualquier tipo de empresa", resalta Carlos Prado.

"Viene de lejos"

La Ingeniería de Organización es una titulación notablemente destacada en Estados Unidos, en cambio, tiene menor incidencia en Europa. Los primeros pasos en España los dio cuando se incorporó como especialidad dentro de la Ingeniería Industrial -del mismo que la mecánica, electricidad o automática y electrónica- a raíz del plan de estudios que entró en vigor en 1964. "Viene de lejos". Esta especialidad, con diferentes nombres y adaptada a la idiosincrasia de cada zona, suele contar con buena aceptación entre el alumnado. La intención a partir de 2018, cuando presumiblemente se empiece a impartir este grado en Gijón, es que los estudios se asemejen al resto de los que se imparten en España para que Asturias el "éxito esté asegurado". No obstante, y según informó esta semana el rectorado de la Universidad de Oviedo, ya está en marcha una comisión encargada de la elaboración de un plan de estudios que se deberá remitir, primero al gobierno del Principado, a la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y la Acreditación (Aneca) antes de su implantación efectiva.