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La recuperación de unas valiosas piezas del patrimonio local

Los feligreses urgen a no demorar más el retorno del Cristo y el Sagrario a la basílica

"Parece que a los jesuitas les preocupa más lo que piensen en Burgos que lo que pensemos en Gijón", lamentan los impulsores de las firmas

Jesús Blas, colaborador del templo burgalés de los jesuitas, junto al Sagrario y el Cristo de la Paz. SANTI OTERO

Los feligreses de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús -conocida popularmente como la Iglesiona- que iniciaron la recogida de firmas hace unos meses para exigir a la Compañía de Jesús la devolución del Sagrario y el Cristo de la Paz esperaban "mayor contundencia y agilidad" de los jesuitas después de entregarles más de 1.400 rúbricas, en concreto 1.460 firmas encabezadas por la de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón. Los impulsores de esta reclamación lamentan además que los jesuitas prioricen "lo que pueda pensar Burgos" a lo que puedan "sentir los gijoneses". No obstante agradecen la buena voluntad mostrada por el responsable de la Compañía en Asturias tras confirmar que "están por la labor de resolver" el problema en declaraciones a este periódico.

Las reacciones de los devotos no se han hecho esperar después de que Inocencio Martín Vicente, coordinador de los trabajos de la Compañía de Jesús en Asturias, asegurase a LA NUEVA ESPAÑA que la devolución del Sagrario y el Cristo de la Paz a la Iglesiona "van por buen camino". "Fiarse tiene un límite, puede ser verdad lo que dicen pero también una estratagema para dejar el tiempo correr igual que cuando se lo llevaron", estima Carlos García Castañeda, uno de los colaboradores más activos en la recogida de firmas y que ahora se muestra "prudente" al valorar el compromiso de la Compañía que asegura "estar por la labor de resolver" el tema. "La gente en Gijón está impaciente, muchos han ido a Burgos a ver el Sagrario y es doloroso y absurdo que no esté ya en nuestra ciudad", añade García Castañeda.

Después de la salida de ambas joyas culturales y religiosas de la Iglesiona en 1998, tanto el Sagrario, de imponentes dimensiones, como el Cristo de la Paz obra del escultor Miguel Blay, realizados gracias a las donaciones de los gijoneses, reposaron durante unos años en el almacén de la Compañía en la vallisoletana localidad de Villagarcía. Poco después tomó camino hacia Burgos, a la iglesia de la Merced, donde actualmente se encuentran. "No se trata de llegar un día y traerlo, hay que hacer las cosas con un poco de consideración", requirió en declaraciones a este periódico Martín Vicente.

"Ambas piezas fueron diseñadas para esta Basílica del Sagrado Corazón y no tiene sentido que estén en otro sitio porque debe primar la voluntad que tenía los donantes, nunca se les pasó por la cabeza que saliera de esta iglesia", incide García Castañeda. Su argumento se basa en que "cualquiera que vea tanto el Sagrario identifica claramente la estructura de la Iglesiona porque se hizo expresamente para ella y no para Burgos". Un argumento que comparte con Fernando Caicoya, otro de los promotores de la recogida de firmas dirigida hacia Fernando José Ruiz Pérez, provincial de los jesuitas en España. "Me sorprende que antepongan Burgos a Gijón y que nos pidan calma, parece que tienen más preocupación por lo que puedan pensar en Burgos que lo que pensemos aquí en Gijón que fuimos quienes nos quedamos sin ello", confirma Caicoya.

La implicación de la ciudadanía local en la recogida de firmas para instar a la Compañía a que retornen las piezas a Gijón "debe tener premio, porque no es fácil superar las 1.400 firmas con un tema de este tipo", manifiesta. Caicoya confía en que pronto "vuelva a ver las piezas en la Iglesiona", espera "que no estén dando largas" y agradece, no obstante, la intención de resolver el problema de los jesuitas.

A falta de una decisión determinante y en firme, la Compañía de Jesús "está por la labor de resolver" el problema como se comprometió a llevar a cabo el jesuita Inocencio Martín Vicente no sin pedir "un poco de consideración" para hacer la cosas con tino. "Diría que no va a ser una devolución a las inmediatas, pero está avanzada la decisión a una posible devolución", confió el coordinador de los trabajos de la Compañía de Jesús a este periódico. Mientras, los feligreses más activos en lograr el regreso cuentan los días por volver a ver en las piezas en la Basílica local.

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