Pasa el tiempo y siguen sin noticias. Hoy se cumplen ocho años de la desaparición del joven Pedro Matías Sánchez Riesco, vecino de La Calzada y que en la actualidad, de seguir con vida, tendría 39 años. La familia del desaparecido, oriunda de Toro (Zamora), no ha vuelto a saber nada de Matías Sánchez desde que el 26 de marzo de 2009 saliese de su casa para ir a tomar algo con unos amigos y compañeros de trabajo. Les abandonó poco después de una comida aquel mediodía para dirigirse a la Campa Torres, donde realizaron batidas con perros para su búsqueda sin que se volviera a saber más de él.

El teléfono móvil del joven permaneció apagado. Ni se localizó al desaparecido ni tampoco ninguna de sus pertenencias personales, ni prueba alguna de cuál podría ser su paradero. Sus familiares ya le dan por fallecido pero esperan "poder encontrar su cuerpo para darle una despedida digna". Los agentes de la Policía Nacional no han dejado de buscar ni tampoco olvidan al joven. El caso no se cierra pero tampoco avanza.

En el momento de su desaparición, Pedro Matías Sánchez Riesco vestía unos pantalones vaqueros, un chubasquero gris con una franja naranja y un jersey del mismo color, además de unos playeros de color gris. De complexión atlética, su estatura es de 1,68 metros de altura. Aquel día, según relató un amigo, estaba "cabizbajo".

El que hasta hace tres años ostentaba la máxima responsabilidad del Cuerpo Nacional de Policía en Gijón, el Comisario Jefe Francisco López Canedo, dejó su cargo en Asturias para trasladarse a Valladolid en 2014 confesando que se iba de la ciudad con la espina clavada de no haber podido resolver este caso.