Seis "lecheras" de la Policía Nacional cerraban la manifestación, y otras tantas la precedían. La protesta convocada por la plataforma "Tarjeta roja a Israel" en ocasión del partido entre las selecciones española e israelí disputado en El Molinón transcurrió sin incidente alguno que reseñar pero rodeada de un descomunal despliegue policial, con decenas de integrantes de la Unidad de Intervención Policial (UIP) velando por el buen transcurso de la misma. Gijón fue ayer una ciudad tomada por las fuerzas y cuerpos de seguridad por el España-Israel y la protesta no fue ajeno a ello.

Con retraso sobre lo previsto, pasadas ampliamente las 19 horas, partió la manifestación de la plaza del Parchís. Pese a que en un primer momento apenas había congregadas unas quinientas personas, finalmente se sumaron más manifestantes y cuando la marcha se estiró al enfilar el paseo del Muro la protesta cobró una mayor entidad. "Serán en torno a un millar", hacían cábalas algunos que observaban la protesta. Los organizadores cifraron la asistencia en más de 3.000 personas.

"Hoy se ha derrumbado una falacia en nuestra ciudad: la ciudadanía de Gijón quiere que esto sea un espacio libre de 'apartheid' israelí (como reza el acuerdo plenario de boicot a Israel luego revocado). Esto ha quedado de manifiesto, no sólo por la manifestación, en la que calculamos una asistencia superior a las 3.000 personas a pesar de los intentos que ha habido por confundir acerca de la misma, sino también porque la gente ha participado durante los diez días de campaña en los actos que se han celebrado", expresó Ángel Alonso, portavoz de "Tarjeta roja a Israel".

Los centenares de asistentes vivieron la protesta más bien desde un sentido festivo -no en vano les acompañó la música de la charanga "El Ventolín"- que desde la tensión. Apenas se vivieron momentos de crispación. "Es una vergüenza", mascullaba una señora al pasar. Poco más, pese al debate que hay en torno a si era pertinente o no una manifestación el mismo día de un partido de fútbol. "Somos una manifestación pacífica, en ningún caso nuestro objetivo es entorpecer la celebración del evento deportivo", avisó por megafonía uno de los organizadores antes de ponerse en marcha. En la protesta abundaron las banderas palestinas -incluida una enorme en la cabecera- así como sus pañuelos tradicionales. Participaron conocidos militantes de Podemos Xixón, al igual que de Izquierda Unida, incluida su concejala Ana Castaño y su secretario general en Gijón, Faustino Sabio. Asimismo estuvo presente Liliana Córdova , cofundadora de la Red Judía Antisionista Internacional. "Israel tiene que tener sanciones ", reclamó en su discurso final Córdova.

Hubo pancartas más suaves y otros más duras, como una que rezaba "Israel y España, compañeros de matanza". Lo mismo ocurrió con los cánticos, desde "Palestina libertad" a otros con mucho menos gusto, como "España e Israel la misma mierda ye", entonado por un sector independentista. "Estamos contentísimos de que haya transcurrido todo con normalidad", recalcó Alonso, que hizo hincapié en que "hemos conseguido que se hable de que el fútbol es también un derecho de los pueblos, y en concreto del palestino".

La marcha terminó en el parque de Cocheras y no se hizo notar en el interior del estadio, donde estaba previsto que se mostrasen tarjetas rojas a Israel en los minutos 17 y 48. Los organizadores de la manifestación denunciaron que en los cacheos al público en la entrada a El Molinón se "requisaron las tarjetas rojas" que habían repartido a algunos de los asistentes al partido. En cualquier caso, las tarjetas sí se mostraron en la calle durante una marcha que reclamó, entre otras cosas, que Gijón recupere el boicot a Israel aprobado en su día en el Pleno y luego revocado.