Ni era concejal, ni funcionario ni asesor político pero fue protagonista de la intrahistoria del Ayuntamiento de Gijón durante treinta y cinco años. Jubilado de Ensidesa, a Arturo González Otero el interés personal por la vida política de su ciudad de acogida -nació en Astorga de padres asturianos y se trasladó en 1957 a Mieres- le llevó en 1980 a empezar a asistir a los plenos municipales como público. Salvo ausencias por enfermedad o viaje siguió ejerciendo de fiel público hasta que a mediados de 2015 el paso de las sesiones plenarias de la mañana a la tarde trastocó su ritmo de vida y dejó de acudir al salón. Arturo Agustín González Otero, o simplemente Arturo como se le conocía en la Casa Consistorial, fallecía el pasado lunes en su casa de Gijón a los 78 años tras no superar un ictus que había sufrido unos días antes.

Viudo de Encarnación Villa Álvarez, Arturo deja dos hijos, Vicente e Isabel, y dos nietos, Borja y Ángela. A dar el pésame a la familia subieron ayer al tanatorio de Cabueñes algunos representantes de la política municipal de los últimos años. El acto de celebración de la palabra tendrá lugar hoy, a la una de la tarde, en el tanatorio de Gijón-Cabueñes.

Aseguraba Arturo González que "más que el fondo del asunto lo que me interesa es el debate, la controversia. Los gestos de los concejales, y eso no se ve en televisión". Así lo decía en una entrevista publicada en LA NUEVA ESPAÑA en junio del año 2000 al cumplirse veinte años de su aventura. Entonces, calculaba, llevaba 300 plenos. Al final de su periplo esa cifra rondaría el medio millar. De Francisco Álvarez-Cascos, Mercedes Fernández y Vicente Álvarez Areces dijo Arturo que se veía desde un principio que eran "animales políticos". Quien acabó siendo vicepresidente del gobierno con el PP y fundador de Foro Asturias en su vuelta a casa fue a quien el jubilado de Ensidesa auguró más éxito en el camino político viéndolo como edil de Gijón. "Me gustaba Cascos porque estructuraba muy bien los discursos. Al pobre José Manuel Palacio (por el alcalde socialista de la época) lo machacaba", explicó en esa entrevista. La misma en la que dijo de Paz Fernández Felgueroso "yo pensaba que era un poco mocoseco pero veo que tiene agallas".

Arturo González también tuvo un papel muy activo dentro del colectivo ciudadano que luchó durante años por el centro de salud de Zarracina, en el ámbito del que era vecino.