La urgencia de recibir la subvención de 2016 aún pendiente de cobro y la necesidad de hacer realidad el compromiso político de aumentar la ayuda municipal en los nuevos ejercicios son las dos peticiones que miembros de la organización de la "Semana negra" hicieron llegar ayer al Ayuntamiento de Gijón como vía para afrontar sus problemas económicos. Primero en una reunión con la edil de Hacienda, la forista Ana Braña, y personal del área económica del gobierno local. Y luego en una ronda de contactos con los grupos municipales de la oposición. Este doble compromiso municipal, junto a la obligación autoimpuesta por los organizadores de diseñar un evento más austero, son los mimbres para que la "Semana negra" pueda salir adelante de una complicada situación económica tras haber acumulado en los últimos años una deuda que ronda el cuarto de millón de euros. Para los próximos días se espera un encuentro conjunto de gobierno y oposición para hablar de la financiación y la viabilidad de la "Semana negra". Todo a poco más de tres meses de la fecha prevista para la apertura de la XXX edición de uno de los eventos culturales y festivos más enraizados en la ciudad.

El grueso de esa deuda de la "Semana negra", unos 200.000 euros, se tiene con los proveedores. Menor pero más urgente es la deuda con Hacienda. Según explicaron ayer Ángel de la Calle y José Luis Paraja, se había llegado a un acuerdo con Hacienda para que cobrara los 30.000 euros que le correspondían en 2016 en el mes de noviembre. El cálculo de los organizadores del festival era que para entonces ya habrían cobrado los 100.000 euros de subvención del Ayuntamiento y tendrían liquidez suficiente. No fue así. De hecho, aún no han cobrado esa subvención y se les ha exigido documentación adicional desde el Ayuntamiento para hacer efectivo el ingreso correspondiente. La demora en el pago ya hizo que se elevara a unos 37.000 euros al sumar intereses y recargos. Ayer mismo, el Ayuntamiento comunicó a la "Semana negra" que Hacienda les ha notificado ya el embargo de ese dinero sobre la subvención pendiente. Igual que hizo en el ejercicio del año 2015.

Cobrar la subvención del año pasado también ayudaría a los organizadores del veterano evento gijonés a cubrir algunas de las deudas que ha ido renegociando con sus proveedores. Pero, sobre todo, liquidar la deuda con Hacienda resulta fundamental para salir del atolladero a corto plazo ya que la legislación impide subvencionar a una entidad con ese tipo de endeudamiento. Sin limpiar las deudas de 2016 con Hacienda no hay forma de optar a subvenciones este 2017.

En cualquier caso, y así lo explicaron ayer los responsables de la "Semana negra", Hacienda no tiene ningún plan para embargar o sacar a subasta la marca del evento. Una marca que, recordaron ayer Paraja y De la Calle con ironía, "está valorada en dos millones de euros, si alguno nos los paga se la vendemos". La marca se presentó como aval ante Hacienda al pedir el aplazamiento de la deuda hace unos años. "Se hizo una peritación y la marca es nuestro único aval de valor porque los decorados, los libros o los muñecos no son cosas que a la Agencia Tributaria les den mucha confianza. Se hizo la peritación en base a un informe técnico que nos hicieron en 2011 y a Hacienda le pareció correcto", concretaron los organizadores.

En cuanto al futuro a medio plazo, la "Semana negra" ha diseñado un plan de viabilidad para quedar a cero en tres años en esos pagos pendientes a proveedores. Entre ellos, los propios Paraja y De la Calle como ellos mismos indicaron. Uno de los ejes de ese plan de viabilidad es contar con más dinero municipal. La petición de los organizadores del evento era pasar de los 100.000 euros de 2016 a 200.000 euros en los años 2017, 2018 y 2019. El compromiso adquirido para este ejercicio es llegar a los 175.000 euros a partir de una modificación presupuestaria que se hará efectiva en uno o dos meses y tiene el aval de un acuerdo plenario.

La otra pata de la viabilidad es ahorrar en los costes. Algo que ya se empezó a hacer hace unos años pasando de un evento con un presupuesto de 900.000 en 2011 euros a uno, por el año pasado, de 554.000 euros. "Lo que está claro es que este es un festival público y gratuito que no se hace para ganar dinero. Cuando hubo beneficios se reinvirtieron en el festival", matizó De la Calle.

¿Dónde empiezan a fallarle los números a la "Semana negra"? Ángel de la Calle, tras recordar que en 2011 estaban a cero en materia de deudas, hablaba ayer de una "tormenta perfecta" en la que se conjugaron todo tipo de elementos a la contra. Desde la bajada de los subvenciones públicas "de cada cuatro euros en ayudas nos quedamos en uno" a la pérdida de patrocinios privados pasando por la subida del IVA "que nosotros no aplicamos a la gente", a la negativa incidencia de otros festejos que se celebran en las mismas fechas o a la repercusión de un cambio en el convenio de colaboración con el Ayuntamiento que les ha generado problemas en la justificación de los gastos.

Desde la organización de la "Semana negra" se entiende que de haber voluntad política en la Corporación en favor del festival no habrá problemas para encontrar la solución técnica para desbloquear estos pagos, sobre todo el de la subvención de 2016 que es lo más urgente. "Nosotros siempre hemos sido leales con el Ayuntamiento y la "Semana negra" se hace porque el Ayuntamiento quiere que se haga", recordó José Luis Paraja sin obviar las tensiones que se vivieron al llegar Foro al gobierno de la ciudad y que tras solventarse dieron lugar "a un comportamiento leal por ambas partes".

Además del agradecimiento a las miles de personas que todos los años pasan por el recinto ferial, los portavoces de la "Semana negra" dejaron dos mensajes para la reflexión. Uno que la creación de un modelo de actividad lúdico-cultural que se ha repetido en otras muchas ciudades y que eleva la notoriedad de Gijón a nivel nacinoal e internacional es una "medalla que Gijón debe colgarse" y que si algún día la "Semana Negra" no puede hacerse en Gijón. "se morirá. No iremos a otros sitio. Somos gijoneses. O se hace en Gijón o no se hace".