"Pensaba que estaban rodando una película". Así describieron los vecinos de La Calzada los hechos que mañana sientan en el banquillo de los acusados a un gijonés, encausado por robar un camión en Llanera, conducirlo bajo los efectos de las drogas, chocar contra una veintena de vehículos estacionados en calles de Gijón y, ya a pie, entrar por la fuerza en una sidrería rompiendo la puerta, causando daños valorados en más de 60.000 euros.

Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 19 de diciembre de 2015, cuando el acusado accedió a las instalaciones de la empresa TRASFALT en Llanera, donde encontró un camión Renault-420 estacionado, con un remolque unido y que cargaba una apisonadora y una minicargadora. El encausado, tras encontrar las llaves en la guantera, puso el vehículo en marcha, abandonando el recinto tras derribar la barrera de entrada.

De este modo, y conduciendo bajo el efecto de sustancias estupefacientes -cocaína y cannabis- que le impedían el adecuado manejo de los mecanismos de dirección del vehículo, puso rumbo a Gijón, donde circuló por las calles Uruguay, Rufino García Sotura, Oriental y Brasil, impactando contra una veintena de vehículos estacionados, causándoles desperfectos por valor de más de 50.000 euros. A esa cuantía hay que sumarle daños en dos señales de tráfico, un mástil de minusválidos que tenía anclada una papelera y dos contenedores de residuos de papel y plástico, efectos de propiedad municipal.

No detuvo ahí el rosario de desperfectos causados, sino que el acusado abandonó el vehículo en el Camino de Rubín, en el parque del Lauredal, para dirigirse a pie hasta una sidrería de la calle Alameda que se encontraba, a esas horas de la madrugada, cerrada al público. No obstante, eso no impidió que el encausado entrara, utilizando una tapa metálica del alumbrado público para romper la puerta.

Una vez en el interior del local, el hombre violentó los cajetines de la máquina tragaperras, con la intención de robar su recaudación. Fue en ese momento cuando se personó en el establecimiento una dotación policial que, ante las circunstancias, optó por detener al acusado, recuperando el dinero sustraído. En total, se estima que los daños causados por el acusado, al que le fue decretada su entrada en prisión, superaba los 60.000 euros.

La Fiscalía estima que los hechos son constitutivos de un delito de robo de uso de vehículo a motor, un delito contra la seguridad vial y de un delito de robo con fuerza en las cosas, en grado de tentativa, por lo que el Ministerio Público solicita que sea condenado a 10 meses de prisión, que se le prive del derecho a conducir durante dos años y medio y que se le imponga una multa de 5.400 euros. Además, el Ministerio Fiscal solicita que el acusado y el Consorcio de Compensación de Seguros (hasta el límite del seguro obligatorio) indemnicen a los perjudicados que no hubieran renunciado a ello expresamente.