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Una madre contra el reloj

Una gijonesa debe entregar hoy a sus hijos a su marido, estadounidense, por mandato judicial y tras incumplir el acuerdo que le permitía tenerlos durante dos meses

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Madre de los dos gemelos cuyo padre reclama su regreso de Estados Unidos

Se aferra llorosa a la sillita de sus hijos, de tres años, consciente de que en unas horas deberá separarse de ellos con un océano de por medio. La gijonesa Aurora Torres agota impotente los minutos que le quedan junto a sus pequeños sabedora de que ha de cumplir una sentencia judicial, emitida por un juzgado ovetense, que la obliga a entregar a sus pequeños a su padre, estadounidense, tras incumplir el acuerdo que le permitía traerlos a la casa de los abuelos por dos meses.

El proceso se remonta al verano pasado, cuando la joven se comprometió por escrito y ante un notario de Nueva York, a venir a Gijón con sus hijos por un periodo de un par de meses. Pasado ese tiempo debía regresar a Estados Unidos con los niños, pero decidió no hacerlo. Su marido, con el que se encuentra en trámites de divorcio, recurrió a la justicia al ver que los meses pasaban y sus hijos no regresaban. En concreto se acogió al Convenio de La Haya para la protección de menores, y se inició el correspondiente procedimiento judicial a través de un abogado del Estado. El caso llegó a los juzgados de Oviedo, que falló que la madre debe entregar a los pequeños, al no haber cumplido el acuerdo con el padre para regresar en el tiempo especulado. El fallo fue recurrido, pero la Audiencia Provincial desestimó el recurso y ahora la sentencia ha entrado ya en fase de ejecución.

"Yo no tengo ingresos, quien trabaja es él, y durante el tiempo que estuvimos en Gijón el padre se desentendió de sus hijos; no nos envió ni un duro y yo no pude comprar el pasaje de vuelta", sostiene Aurora Torres arropada por sus padres y parte de su familia asturiana. La madre se aferra al argumento de una supuesta desatención del padre hacia los pequeños, toda vez que "en los dos meses que acordamos estar aquí no se preocupó por ellos, por su manutención o por su bienestar", se queja con amargura.

Sin embargo, le reprocha que iniciara los trámites legales "tan rápido", cuando, siempre según la versión de la familia materna, "podemos demostrar que se han dado casos de maltrato cuando vivían en Estados Unidos y no tiene capacidad para quedarse con los niños; no nos fiamos"; asegura la madre de Aurora Torres. No obstante, esos presuntos malos tratos nunca fueron denunciados ante la justicia estadounidense, por lo que ha dado al padre, en una corte de Nueva York, la custodia temporal de los niños. "Como estaba aquí no me pude defender", clama la madre, que ayer mismo debería haber entregado a los mellizos a su padre.

Como no lo hizo, hoy tiene que personarse en los juzgados ovetenses a primera hora de la mañana con los pequeños, esta vez sí, para que su padre se los lleve a Nueva York. Una lucha desesperada que sabe que no puede parar, y que quiere dar a conocer de forma pública porque "es muy injusto, sólo queremos poder cuidar de los niños", indica Mercedes, la abuela. La familia se siente "indefensa", porque "la sentencia estaba ya dictada de antemano; nos dijeron al principio del procedimiento que llevábamos las de perder, pero nadie tiene en cuenta las condiciones de los niños", denuncian. Hoy, si nada lo impide, dejarán Gijón para volver con su padre.

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