"Tengo miedo hasta a salir de casa para bajar la basura". Así de contundentes se muestran vecinos del barrio gijonés de Jove ante la proliferación, en los últimos meses, de ratas en sus calles.

Los roedores, "de considerable tamaño", llevan alrededor de cuatro meses conviviendo con los vecinos del barrio, saliendo por las noches a "campar a sus anchas" por varias de las calles, principalmente Vicente Fernández y en la avenida Eduardo Castro, llegando incluso hasta la rotonda que da inicio a la avenida Príncipe de Asturias o los alrededores de la parroquia de Santa Cruz.

Los vecinos aseguran haber elevado ya sus quejas al Ayuntamiento, aunque sin respuesta. "No podemos estar así", claman, "tenemos miedo porque no sabemos qué enfermedades pueden acarrear esas ratas, ni si nos pueden llegar a atacar en un momento dado", aseveran.

De hecho, algunos de los vecinos han tenido que cambiar sus costumbres diarias por culpa de los roedores. Así, hay quien ya no se atreve siquiera a bajar la basura a los contenedores cercanos a su domicilio. "Cogemos el coche y llevamos la basura hasta la Casa del Mar", explicitan ya que, afirman, es en el entorno de los contenedores donde más se agrupan.

Algunos vecinos van más allá y aseguran que "me da miedo esperar al autobús por las mañanas, así que me llevan al trabajo y tengo que esperar más de una hora dando vueltas a que comience mi turno".

La otra gran preocupación vecinal, más allá del miedo personal, es la que tiene que ver con las mascotas. "Ya hemos visto a algún perro jugando entre las ratas, o con algún roedor en la boca", enfatizan, con el peligro que esto conlleva al ser animales, los roedores, que pueden ser focos de infección. Por ello, varios habitantes de Jove han optado ya por vacunar a sus perros contra la rabia. "No sabemos si una rata puede morder a un perro e infectarle la rabia, y quién sabe si ellos pasárnosla a nosotros", señalan.

Los vecinos divagan sobre las posibles razones de esta preocupante proliferación. "Cuando más salen es cuando llueve mucho", explicitan, "algo que nos han dicho que es normal". Sin embargo, achacan este aumento repentino a la falta de conservación y limpieza de ciertas zonas. "Está todo sin segar", aseguran. Además, han notado cómo "hasta el año pasado, en El Musel, iba un operario cada cierto tiempo a echar veneno en las alcantarillas para evitar estas plagas", relatan. "No obstante, ahora hace ya tiempo que no se hace, no sabemos si por falta de recursos del consistorio".

La preocupación en Jove va en aumento ya que, sumada a su inquietud por la contaminación que afecta especialmente a la zona oeste de la ciudad, ahora se suma una plaga de roedores contra la que "nadie parece estar dispuesto a tomar medidas".