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XANA KAHLE | Escultora y doctora en Bellas Artes, hija de José Luis Álvarez Margaride

"Mi obra es como un libro, paso páginas y voy aprendiendo"

"Me hubiera gustado conocer a Da Vinci, me interesa todo lo que hacía y le preguntaría por qué escribía al revés"

Xana Kahle. Juan Plaza

Ella representa el arte, por su fisonomía, su carácter, sus explicaciones. Parece una madona del Renacimiento, con sus cabellos rubios, los ojos azules y esa permanente expresión de bondad en su rostro. Apenas se maquilla, es natural, guapa... En una palabra, una mujer exquisita. Ha recibido el premio extraordinario en su doctorado y hoy es jefa del departamento de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. Lleva en su haber once exposiciones individuales y 45 colectivas. Y tiene repartidas por el mundo 490 obras entre coleccionistas, museos e instituciones. Es un placer hablar con ella. Asturiana de pro, aprovecha todos sus espacios libres para disfrutar de su tierra. Xana Kahle ha nacido en Gijón (1966) y es la menor de dos hermanos.

- ¿Por qué el nombre de Xana?

-Fue cosa de mi padre, le gustó ese nombre. Al principio la Iglesia no lo admitía y me pusieron Susana, pero al cambiar las leyes, lo modificamos y ahora soy Xana a todos los efectos. Yo estoy encantada con mi nombre.

- Parece algo como esotérico... Las xanas asturianas se parecían a usted: peinaban cabellos de oro, tenían la piel clara...

-Casualidades, pero no era nuestra intención aludirlas.

- ¿De dónde cree que le viene la rama artística?

-Seguramente de mi padre, José Luis Álvarez Margaride; yo he adoptado el apellido artístico de mi madre. A mi padre le gustaba mucho el arte, era coleccionista, sobre todo de arte asturiano.

- ¿Usted tuvo clara su vocación?

-Sí, desde muy pronto. Jugaba con barro, recortaba cosas, inventaba figuras , dibujaba... Pero los sobresalientes los obtenía en Biología.

- Y para colmo se casó con otro artista...

-Sí, es un creativo muy bueno. Luis Pereira. Hace unas fotografías extraordinarias y ha celebrado varias exposiciones.

- Respecto a su obra, está muy diversificada. Recuerdo aquella muestra en el Museo Antón de Candás en que trataba el agua. Desde entonces ha hecho cosas muy distintas.

-Lo de Candás era un estudio del Prerrománico, pero he ido evolucionando... Le siguieron otros proyectos centrados en las flores, las frutas... Siempre busco lo que está por hacer, de manera que voy cerrando etapas. Es como las páginas de un libro, vas pasándolas a medida que experimentas y aprendes.

- ¿Le gusta la docencia?

-Mucho, cada vez estoy más cómoda en ella al dominar mejor el medio. Empecé como colaboradora. Había terminado de estudiar y me quedé como profesora, así que llevo en la Universidad Complutense casi 24 años.

- ¿Al principio la tomaban en serio los alumnos?

-Sí, claro. No es una cuestión de edad, sino de lo que puedes aportar.

- ¿De qué se siente orgullosa?

-De mi hijo; tiene 16 años. Y artísticamente de uno de mis últimos trabajos, titulado "Agua". Lleva dentro a Asturias, con la lluvia, el mar, los ríos. Contiene flores en resina, inmersas en hielo como en el lecho de un río y se escucha el rumor de la corriente. La he expuesto en una galería de Madrid.

- ¿Contempla algún proyecto actualmente?

-Llevo dos años sin trabajar, volcada en la gestión universitaria, buscando proyectos para los estudiantes. Esto me aporta muchas experiencias y es gratificante. Dejé los míos, pero pienso retomarlos pronto. Tengo varias propuestas, como un trabajo sobre maderas recicladas para tallar, pulir y darles forma.

- ¿Ha realizado algún proyecto junto a su marido?

-En conjunto, no. Somos muy diferentes; aunque colaboro con él en textos, catálogos, y puntos de vista.

- ¿Qué posee como un tesoro?

-No tengo apego a nada material. Sólo aspiro a tener tiempo para pasarlo en casa y para venir a Asturias.

- ¿A quién admira?

-No terminaríamos nunca... Pero mencionaré a Pablo Maojo y a una pareja artística británica, Ackroyd & Harvey, que trabajan con plantas vivas, forran con ellas las paredes y han cosechado grandes éxitos internacionales. Ackroyd es la chica.

- ¿Cuál es su fuente de inspiración?

-Investigar lo que hacen otros artistas. La naturaleza. Recoger cosas del suelo; ahí hay tesoros. Los sedimentos que quedan en las playas y en los ríos.

- ¿Dónde está su pica en Flandes?

-En la escultura de homenaje a mi padre, situada en La Providencia.

- ¿Qué responsabilidad ha tenido en la exposición "Madrid ¡Oh cielos!", visitada por casi 50.000 personas?

-He sido la asesora artística, y mi marido, el comisario. Se reunieron fotografías de los mejores del mundo; el cielo de Madrid era el hilo conductor. Fue la primera vez que se utilizó la terraza del Círculo de Bellas Artes de Madrid para una exposición. Fue una idea de Luis, así como el diseño de los soportes de las fotos a la intemperie. El Círculo tiene mucho tirón, pasa por él todo el mundo.

- ¿Qué muestra de las suyas recuerda con más cariño?

-Aquella que sirvió de homenaje a la figura de mi padre, celebrada en la sala de la Delegación del Principado de Asturias en Madrid. Se titulaba "Oro en paño" y reunía tapices, cerámicas, pinturas... De todo. Mi padre ya había fallecido.

- Aparte del arte, ¿qué más le interesa?

-Los temas de sostenibilidad, y de seguridad en el trabajo desde un punto de vista práctico.

- Una intelectual como usted, una artista, ¿sabe guisar, coser, planchar?

-Coso muy bien, me encanta la cocina y confieso que planchar me gusta menos.

- En resumen, es usted una mujer diez.

-No lo crea. Tengo muchos defectos.

- ¿A qué artista de todos los tiempos le hubiera gustado conocer?

-A Leonardo da Vinci. Me interesa todo lo que hacía. Y le preguntaría por qué escribía al revés.

- ¿A quién expulsaría del ambiente artístico, en el que hay tanto camelo?

-A nadie, si hay camelo, éste es necesario para contrastar y adquirir criterio artístico.

- ¿Su mundo interior de qué se alimenta?

-De tranquilidad, de hacer las cosas bien; esto me da paz.

- Defínase a sí misma.

-Creo que soy una persona positiva, muy trabajadora, algo tímida a pesar de la edad, y ávida de aprender de todo. Una curranta.

- ¿Se cuida?

-Cuido la alimentación, camino mucho y poco más.

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