Al mismo tiempo que gran parte de los gijoneses acudían a distintas parroquias e iglesias de la ciudad a bendecir su ramo, un nutrido grupo de ellos decidió cambiar las procesiones de Semana Santa por una peculiar marcha: la "Bicicletada medioambiental" organizada por la asociación "30 días en bici", que reunió en la mañana de ayer a más de tres centenares de personas en la explanada del Acuario.

El objetivo: "Pasar un Domingo de Ramos distinto, aprovechar el buen tiempo y disfrutar de un rato agradable en familia o con los amigos", resumieron los presentes.

Sin embargo, desde "30 días en bici" se busca un fin de mayor calado. "Queremos promocionar el uso cotidiano de la bicicleta para nuestro día a día: ir de compras, de tapas o a trabajar", explicitó Carlos Rodríguez, coordinador de la iniciativa. Para ello, durante todo el mes de abril, la asociación organiza "más de un acto por día", desde bicitours turísticos o biciconciertos a bicitapeos.

"Buscamos a usuarios que se comprometan a utilizar la bicicleta durante los treinta días del mes y lo compartan en sus redes sociales para incitar a los demás a hacer lo mismo", aseguró Rodríguez, todo ello con la intención de "conseguir usuarios reales" que vayan más allá de un día o una actividad concreta.

El recorrido de ayer, de 10 kilómetros de distancia, hasta el parque del Lauredal, era "perfecto para familias y los más pequeños de la casa", como Isaac Eguía, de 8 años, que llevaba varios años acudiendo a las quedadas pero en esta ocasión fue la primera que iba sobre su bicicleta, que se afanaba en decorar con pegatinas de la asociación.

Junto a él, Rubén Balbás e Iyán García, de 11 y 12 años. Balbás ya es un habitual de estas marchas y quiso "invitar a mi amigo, a ver si le gustaba", algo habitual en ellos ya que, como enfatiza García, "solemos quedar para andar en bicicleta de vez en cuando".

Caso distinto es el de Yaiza Martínez, quien acudía acompañada de un nutrido grupo de "familiares y amigos". Fue suya la idea de reunir a todos para "aprovechar el buen tiempo y hacer planes en familia, que normalmente por culpa del trabajo no podemos hacerlo y, de paso, hacer algo de deporte", aseveró.

No sólo esparcimiento y deporte estuvieron presentes en esta marcha, ya que también existe un trasfondo social puesto que el dinero obtenido del sorteo de una bicicleta se donó íntegramente a la asociación Mar de Niebla para un proyecto de integración social basado en un taller de reparación de bicicletas. Un plan sobre ruedas.