La llovizna con la que amaneció Gijón el Sábado Santo ha obligado a suspender la procesión de la Soledad de María prevista para esta mañana y que contó con la presencia del Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, en la Semana Santa de la ciudad.

La procesión, encabezada por la ilustre Cofradía del Santo Sepulcro -de túnica blanca con botonadura roja, guantes blancos, capillo o capirote rojo, cinturón negro y capa blanca, que preside Iván González Menéndez-, apuró hasta el último momento para no tener que suspender la cita con los pasos de Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista.

Con veinte minutos de retraso, los penitentes, acompañados por el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes; el párroco de San Pedro, Javier Gómez Cuesta, y el arcipreste de Gijón y párroco de San José, Adolfo Mariño, comenzaron a procesionar desde la iglesia de San Pedro con destino a la capilla de la Soledad, en Cimavilla. En la explanada del Campo Valdés se procedió al rezo de los dos primeros misterios gozosos, uno nada más cruzar el umbral de San Pedro y otro al subir las escaleras de la explana.

Al llegar a la altura de la plaza Mayor, y al ver que la lluvia no remitía, se dio la orden de regresar al templo, con las imágenes de Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista, donde prosiguieron con los rezos. Esta tarde, a las 20 horas, la iglesia de San Pedro acogerá la tradicional y solemne vigilia pascual.