La sanidad asturiana anda necesitada de una vacuna para adultos para la hepatitis A en pleno repunte de la enfermedad. Pero esa medicación, fácil de adquirir hace años, ni está ahora disponible ni se la espera a corto plazo. El suyo es uno de los casos que se conoce como "desabastecimiento farmacéutico". Y ni es el único, ni es infrecuente. De hecho, va a más. Aseguran los farmacéuticos del Servicio de Salud del Principado que, cada vez en más ocasiones, los pacientes pueden ir con su receta a una botica y encontrarse con la sorpresa de que le dicen que "no hay disponibilidad" de ese fármaco, ni aquí ni en toda España.

Sólo hace unos meses la Agencia Española del Medicamento advertía del desabastecimiento de un analgésico tan popular como el Nolotil en ampollas, y en los últimos años han podido faltar de las boticas gijonesas medicinas de terapias contra el cáncer, antibióticos sistémicos, inhaladores de amplio consumo, hasta hormonas sexuales.

Para quien sale con las manos vacías de una farmacia y sin saber qué hacer con la receta que le ha prescrito un médico, y que puede llevar consumiendo desde hace años, la solución pasa por recurrir a la sede de la gerencia sanitaria del área V, en la calle Severo Ochoa, donde está el servicio de Farmacia de Atención Primaria. Allí le podrán decir al afectado si su receta puede ser cambiada por otro fármaco asimilable, lo que no siempre es posible, o buscarán el visto bueno de la Agencia Española del Medicamento para tramitar esa receta como fármaco extranjero si lo consideran imprescindible. Un trámite de solicitud y de suministro que en Asturias sólo pueden hacer los servicios de Farmacia de Primaria, que también corren con el gasto de ese suministro. En 2015, en concreto, un estudio reveló que se abonaron casi 56.000 euros por solucionar esos desabastecimientos, casi cinco veces más que un año antes. A la sanidad regional posiblemente le cueste más esa importanción de lo que abonaría porcentualmente si la venta se hiciera en la farmacia, aunque no así al paciente ya que un medicamento tramitado como extranjero el cien por ciento del coste lo asume cada gerencia.

Esos desabastecimientos se han convertido en un quebradero de cabeza para los especialistas, por lo que lleva implícito de interrupción de la continuidad de un tratamiento; un incremento de los trámites burocráticos; un lío para los pacientes -algunos pueden llevar años manteniendo un mismo consumo del que de pronto dejan de disponer- y un costo económico para el área sanitaria al que antes no hacía frente.

Trastorno a los pacientes

"Se genera un trastorno al paciente, por las vueltas burocráticas, los retrasos, la interrupción de tratamientos, la inseguridad tanto de médicos como de enfermos porque no siempre de todo hay alternativas terapéuticas...", explican desde las farmacias del Sespa donde coinciden en admitir que "es un problema del que no se salva ninguna comunidad". Así lo reconocen las farmacéuticas Gracia Modroño y M.ª Teresa Llanos. La primera, farmacéutica del Sespa en el área V en la actualidad, y la segunda ahora en ejercicio en Madrid, tras haber pasado varios años en Gijón.

Llanos es, precisamente, coautora de un análisis sobre el impacto económico que supusieron los desabastecimientos de medicamentos en el área de Gijón en los últimos años. Y es la evidencia clara del problema creciente: en 2013 ese desabastecimiento generó un gasto a las arcas públicas de 291 euros; pasó a ser de más de 11.600 euros en 2014, y se elevó a casi 56.000 euros en 2015.

La conclusión del estudio no podía ser otra:"el número de desabastecimientos a los que tienen que hacer frente las áreas sanitarias está creciendo de forma exponencial y supone un alto coste, no sólo económico sino de recursos humanos para la gestión del suministro de los mismos. Hay que trabajar a nivel nacional para mejorar las condiciones del suministro de los medicamentos y exigir la continuidad de éste", sostienen los autores del trabajo.

Los desabastecimientos, explica Llanos, pueden generarse por motivos diversos: falta de materia prima, que un medicamento comercializado desde hace mucho tiempo ya no sea rentable para la farmacéutica, un problema puntual en el punto de fabricación, hasta un conflicto en algún país puede estar detrás de la escasez de un componente magistral...

En la época en la que Llanos estuvo en Gijón, el servicio de Farmacia tuvo que acabar decretando unas horas semanales de atención a pacientes que buscaban solución a sus recetas. En 2015 fueron 1.539 dispensaciones las que salieron de Severo Ochoa. Dos años antes sólo habían salido 107. Por grupos, el gasto más alto en estos últimos años lo generaron las terapias antineoplásicas seguido de las hormonas sexuales y estimulantes genitales.