Las 295 personas que llevan prácticamente una década en lista de espera y que la directiva del Real Grupo de Cultura Covadonga proponía convertir en nuevos socios deberán seguir esperando. La asamblea grupista rechazó ayer por mayoría la propuesta del equipo presidido por Corripio. En concreto, 317 socios votaron a favor y 481 lo hicieron en contra para regocijo de una oposición a la directiva que hizo mucho ruido a lo largo de la sesión asamblearia, en la que se llegó a registrar una asistencia de más de 900 grupistas en los momentos de mayor afluencia.

Desde el primer punto se pudo ver que no iba a ser una asamblea nada sencilla para la directiva de Antonio Corripio. Y terminó siendo poco menos que una pesadilla. De hecho, la votación de las cuentas de 2016, primera prueba de fuego, terminó con un resultado favorable para la directiva pero por un escaso margen: quedaron aprobadas con 412 votos a favor y 380 en contra. Incluso hubo abucheos cuando se transmitió por megafonía el resultado de la votación. Aún así se dio el visto bueno a unos números que arrojaron un déficit de 39.689 euros. "Es un resultado ajustado pues ha sido un año extraordinario: culminación de la fusión con el Centro Asturiano, cambio de junta directiva, integración de las cuentas del Centro Asturiano?", explicó la directiva.

Uno de los puntos más calientes que se esperaban era el de la incorporación de 295 nuevos socios de la lista de espera "en riguroso orden". Se trata de personas que llevan entre nueve y diez años aguardando su turno para entrar a la entidad grupista, y deberán seguir esperando después de que la asamblea rechazase ayer su entrada.

"La auditoría de gestión nos dice que la lista de espera es un activo muy valioso, en momentos de necesidad es una fuente directa de ingresos que se debería utilizar para inversiones, no para los gastos ordinarios. Da valor al socio, lo prestigia, potencia nuestra marca. Ahora tiene casi 4.000 personas, algunas de las cuales llevan nueve y diez años esperando y tenemos un deber moral con ellas dado que antes se pasaba la lista de espera sin contar con ellos", argumentó Corripio, que agregó que la entrada de los 295 socios respondía a "un estudio muy riguroso, porque las bajas en el Grupo rondan las 500 al año, y en 2016 no hubo altas de la lista de espera". Además, enfatizó, "sin ellos difícilmente podríamos afrontar los proyectos que hemos presentado". Igualmente recalcó que su directiva sometió "por primera vez" a la asamblea el número de nuevos socios que deben entrar. En los últimos días su directiva criticó que en anteriores mandatos entraban 500 socios al año sin consultar con la asamblea y sin respetar el orden de la lista de espera.

Sin embargo, pese a sus explicaciones, la asamblea rechazó la entrada de esos 295 socios y, por consecuencia, los ingresos que supondría y que, según Corripio, eran importantes para financiar las inversiones previstas. "El único interés del presidente no es poner en orden esa lista, sino que vengan estos nuevos socios a pagar su presupuesto. Debería presentarnos la directiva un informe motivado de por qué admitirlos", manifestó el socio Mariano de la Puente en una intervención muy aplaudida, al igual que las de otros socios críticos como Felipe Aller Celemín y Melchor Francisco Fernández. Los tres tuvieron un alto protagonismo en el turno de palabra para los socios. De la Puente también apuntó otro de los motivos por los que muchos socios se posicionaron en contra de la entrada de nuevos socios: "Estamos saturados".

Pero, además de cortarle a la directiva la vía de financiación que pretendía obtener de la entrada de nuevos socios, la asamblea remató el duro golpe a sus planes en el siguiente punto del orden del día, al rechazar su proyecto presupuestario para este año con 401 votos en contra que superaron a los 350 a favor. "Si no se aprobó la entrada de nuevos socios y los ingresos que preveían con ella, deben retirar del orden del día la votación del presupuesto", les llegó a decir Celemín, quien incluso pidió a Corripio, después de que perdiese la votación, que presentase su dimisión "de forma inmediata".

El presupuesto que llevaron a la asamblea incluía 1,6 millones de euros en el capítulo de inversiones, destinados en un 91% a mejorar las instalaciones de Las Mestas, pero también para "revalorizar y llevar la parte social del club a la sede de Mareo, liberando así espacio de Las Mestas". Sin embargo, esta financiación prevista para las inversiones -que son "consensuadas con las secciones, con socios y familiares de deportistas", según recalcó Corripio- ha quedado rechazada por los socios. La otra vía de financiación para las inversiones prevista por la directiva, un préstamo por un importe máximo de 694.00 euros, tampoco fue aceptada, al perder la directiva la votación (119 síes y 243 noes). En cualquier caso, el presidente aclaró que algunas inversiones ya comenzadas, como la instalación de cubierta en dos pistas de tenis, seguirán adelante.