La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

GONZALO ALONSO | Presidente de la Fundación de Huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía

"Nuestra fundación asiste a quien tienes al lado; es la solidaridad más cercana"

"Las ayudas que damos son iguales sean por muerte natural o en acto de servicio; no hacemos diferencia de pensiones, como hace el Estado"

Gonzalo Alonso, presidente de la Fundación Huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía, ayer, en la Comisaría de El Natahoyo, en Gijón. JUAN PLAZA

La Fundación de Huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) asiste en toda España a 1.431 personas (46 en toda Asturias) ofreciendo apoyo psicológico, educativo, social y económico gracias a las aportaciones voluntarias del 52% de los agentes. Su presidente, Gonzalo Alonso, recorre ahora las comisarías nacionales -ayer visitó la de El Natahoyo- explicando su labor y en qué se invierte el dinero recibido. Lo hizo con la proclama de que apoyar a los hijos de sus compañeros fallecidos es "la solidaridad más cercana" que pueden desempeñar los policías.

- ¿Qué objetivos tienen?

-Atender a todos nuestros huérfanos, a sus padres y madres. Ayudarles económicamente y en todo lo que se pueda. Para ello contamos con educadores, psicólogos y trabajadores sociales que trabajan por ellos, por los 1.431 huérfanos que atendemos hoy día a nivel nacional, 46 en Asturias.

- ¿Hasta qué edades asisten?

-Hasta los 30 años. Las prestaciones económicas son hasta los 18 años siempre que se gane más del salario mínimo interprofesional. De no trabajar puede llegar a los 24 años. De los 24 a los 27 años les ayudamos en los estudios, con becas que sirvan como estímulo porque van en proporción a la situación económica de la familia pero también al resultado académico.

- ¿Todas iguales?

-Van en función del tipo de estudios que desarrollen, es decir, no es lo mismo un curso sencillo allá donde vives que si vas a hacer una carrera fuera de tu ciudad porque eso supone pagar una habitación, comida y en ese caso se incrementan las ayudas. Damos una atención personalizada en función de cada familia.

- ¿Estas situaciones no las cubren las administraciones?

-Llegamos donde la administración muchas veces no alcanza. Tenemos familias que por no estar casada la pareja o no reunir las condiciones exigidas para cobrar la pensión de viudedad no lo reciben y solo les queda la pensión de orfandad. La Fundación da un aporte extra para que salgan adelante.

- ¿Ayudan a los hijos o también al cónyuge?

-La parte económica es para los hijos, administrada por los padres. La atención psicológica que prestamos va para padres e hijos porque si atendemos al padre o a la madre estamos atendiendo a los hijos.

- ¿Contactan ustedes con las familias?

-Siempre que fallece un compañero nos lo comunican. Una profesional de la Fundación contacta con la familia y le requiere la documentación. Después contacta una psicóloga. A partir de ahí tenemos una educadora que llama periódicamente a los padres para preguntar cómo van en el colegio, sus notas, si detectan problemas con compañeros o profesores.

- ¿Influye si es muerte estando de servicio o natural?

-Las ayudas son iguales sean en acto de servicio, por terrorismo o muerte natural. No hacemos diferencia en el tipo de pensiones como hace el Estado. Las ayudas son iguales y van en proporción a la situación económica de la familia.

- ¿Y si el que enviuda es un agente?

-También asistimos pero ahí las ayudas son menores económicamente aunque la atención psicológica o los cursos de orientación laboral y profesional son iguales. Esto es importante porque a veces un policía que se queda con dos niños pequeños no sabe qué decir, ni qué hacer, ni cómo afrontar según qué situaciones y les ayudamos.

- ¿El cese de los asesinatos de ETA ha rebajado el número de beneficiarios?

-No. El porcentaje de fallecimientos por ETA no era tan importante en número como las muertes naturales en causas conocidas como infartos, enfermedad o cáncer. Suicidios, también. Pero no ha incidido mucho.

- ¿De dónde provienen sus ingresos?

-Todo el que quiera puede aportar, como en cualquier otra fundación; en la nuestra con una desgravación fiscal que puede llegar hasta el 75%. Pero básicamente las donaciones que tenemos son cuotas que pagan los propios funcionarios de policía. El índice de benefactores es de más de 38.000 funcionarios, lo que supone un 52% del total de policías. En Asturias hay 964 benefactores de 1.649 policías, el 60%. Al contrario que en otros cuerpos, aquí la aportación es totalmente voluntaria.

- El miércoles estuvo en Oviedo y hoy (por ayer) en Gijón. ¿Qué le trae por Asturias?

-Con la crisis hay gente que se ha dado de baja. Ahora visitamos a todas las plantillas para explicarles nuestra labor, en qué se invierte el dinero y las prestaciones que damos. Nos reunimos con las familias y les conocemos personalmente. Y muy importante, promovemos que familias nuevas se encuentren con otras que ya llevan tiempo. A veces el que mejor puede ayudar en este tipo de situaciones es quien ya ha pasado por ellas.

- ¿Qué perspectivas tienen?

-Mejorar la atención que prestamos. Incidimos mucho en mejorar la formación para ayudarles a encontrar trabajo e integrarse en el mundo laboral porque el paro juvenil es grande. Asesoramos en cómo elaborar un currículum, cómo preparar una entrevista de trabajo, a usar Linkedin y redes sociales o habilidades sociales como hablar en público y negociación de conflictos.

- Una vez cumplen los 30 años, ¿mantienen la relación?

-Es otro de los objetivos, crear una red de voluntariado porque son muchos los que quieren devolver el favor y la atención que les dio la Fundación de manera altruista.

- ¿Por qué colaborar con la Fundación?

-Hoy día, por desgracia, son muchas las causas solidarias a las que se puede atender. La fundación para los policías es ayudar a quien tienes al lado. Es la solidaridad más cercana.

Compartir el artículo

stats