La anulación de las decisiones tomadas en las asambleas de Grupo de los últimos años puede tener una repercusión significativa, que aún deberán estudiar. Al menos los magistrados intentan poner un punto de cordura en este despropósito al indicar que "la anulación (...) no afectará a los derechos adquiridos por terceros de buena fe a consecuencia de acuerdos impugnados o de los negocios jurídicos celebrados con quien aparecía como presidente de la asociación". De ahí que podrían no cuestionarse, por ejemplo, todos los contratos firmados por Tamargo.