Bullying, ciberacoso, víctima o espectadores fueron algunos de los términos más utilizados en la tarde de ayer en la mesa redonda en la que participaron distintos expertos con motivo de la celebración del Día Internacional contra el Acoso Escolar.

La psicóloga Isabel Menéndez Benavente, articulista de LA NUEVA ESPAÑA de Gijón, afrontó el acoso escolar desde distintas vertientes, asegurando que el ciberacoso es la forma "menos evidente pero más dañina" de bullying, con "consecuencias iguales o mucho peores". Para Menéndez Benavente, las cifras actuales de acoso escolar oscilan "entre el 7 y el 10%", haciendo hincapié en la existencia de un "desequilibrio de poder" entre la víctima y el acosador. Además, la psicóloga detalló que, entre las consecuencias más dañinas para la víctima se encuentran "la ansiedad anticipatoria o la indefensión aprendida". Para Menéndez Benavente es imprescindible que los "espectadores" actúen ya que "de ellos puede depender el futuro de una vida".

Jorge Fernández Capdevilla, fiscal de menores del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, subrayó la "ausencia de una tipificación específica", enmarcando el acoso escolar entre los delitos contra la integridad moral o el de inducción al suicidio "muy difícil de aplicar, ya que requiere una intención deliberada de conseguir que la víctima se suicide por parte del agresor".

Capdevilla aseveró que "la respuesta penal es la última, antes tiene que haber prevención" y en la necesidad de una "formación en el uso responsable de las nuevas tecnologías". Para finalizar arguyó que, desde 2012, únicamente siete de los casos atendidos en Asturias fueron tomados como "auténticos delitos de acoso escolar".

La psicóloga Carolina Aguilera y Flor González, miembro de la directiva del Colegio Oficial de Educadores Sociales de Asturias, incidieron en señalar que el comportamiento y la conducta dentro del centro escolar "es una consecuencia de su vida fuera", por lo que, aseguraron, "si tratan mal a otros es porque se les ha tratado mal a ellos antes", con lo que, como aseveró Aguilera, "un niño feliz jamás llegará a ser un acosador". Tanto la psicóloga como la educadora social hicieron hincapié en la necesidad de una "intervención transversal" para atajar este grave problema, basada en la "prevención, la mediación, el diagnóstico o la creación de programas de convivencia".

El encargado de cerrar la mesa redonda fue el portavoz del Grupo parlamentario de Ciudadanos en la Junta General del Principado de Asturias, Nicanor García, quien puso el foco de atención en la "falta de protocolos de actuación"para atajar los casos de acoso escolar, por lo que también solicitó "acciones formativas concretas para el profesorado". También subrayó que las familias "tienen que ejercer su responsabilidad" para terminar por concluir que "el desconocimiento de los nuevos fenómenos sociales impide que se le pueda poner freno al acoso escolar".