Oxizinc, empresa filial de Agalsa y radicada en las instalaciones fabriles de esta última en el polígono de Lloreda, en Tremañes, ha solicitado ser declarada en concurso voluntario de acreedores, tras no haber fructificado los intentos con sus acreedores para reducir su deuda. La empresa, que cuenta con una plantilla de 27 trabajadores, sigue así los pasos de su matriz, que ya está en concurso de acreedores desde el pasado 2 de marzo, con un pasivo de 11,98 millones de euros.

El pasivo de Oxizinc es sustancialmente inferior al de su empresa matriz. Asciende a algo menos de 3 millones de euros, que la empresa adeuda fundamentalmente a proveedores. En el caso de Agalsa, el principal acreedor es Sogepsa, seguido de varias entidades financieras.

La declaración de Oxizinc en concurso voluntario de acreedores por parte del Juzgado de lo Mercantil número 3, con sede en Gijón, se producirá en breve, según aseguran las fuentes consultadas y será previsiblemente llevado por la misma administradora concursal que se ha hecho cargo de Agalsa, la abogada catalana Carmen Fernández Sánchez, quien acudirá esta mañana al juzgado de lo mercantil de Gijón. Trabajadores de Agalsa incluidos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) hasta el 31 de diciembre de 2018, se concentrarán esta mañana ante la sede judicial.

Agalsa contaba con 102 trabajadores cuando entró en concurso de acreedores. La plantilla ha quedado reducida a 63 empleados después de que 22 solicitaran desvincularse de la empresa, mediante un ERE de extinción y de que concluyeran los contratos de 17 eventuales. En la fábrica quedan 17 trabajadores sin ir aún al ERTE, la mayoría para extraer el cinc de la caldera de galvanizado, operación que concluyó la semana pasada.