Ana Belén Espinosa, la expareja de Juanele, acudió nuevamente al Palacio de Justicia de Gijón esta mañana. Pero en este caso no como víctima sino como acusada de cometer tres delitos diferentes: denuncia falsa, simulación de delito y falso testimonio. Este nuevo encontronazo con la Justicia llega después de que ella denunciase al exfutbolista del Sporting de haber quebrantado la orden de alejamiento al dejarle una nota bajo la puerta del negocio que ella regentaba. Según la sentencia por ese caso, la nota había sido escrita con anterioridad a los hechos por lo que Juanele quedó libre de esos cargos.

Según el abogado de Juanele, la carta que ella recibe fue confeccionada con anterioridad a existir la orden de alejamiento. "Ella la tenía en su poder y fingió haberla recibido con la orden de alejamiento vigente y para ello se valió de dos testigos que también están imputados por los mismos delitos", explica Guillermo Calvo. Junto a Ana Belén Espinosa ratificaron su testimonio esta mañana E. M. C. y L. M. B., éste último supuesta pareja de Espinosa en el momento de los hechos, según el abogado de Juanele.

Los tres se mantuvieron en la veracidad del relato y aseguraron que la carta se recibió cuando ya existía una orden de alejamiento. Pero Guillermo Calvo asegura disponer de pruebas físicas que evidencian una relación sentimental entre ambos por lo que su testimonio quedaría en entredicho. "Además, prueba de que existía una relación es que tras el incidente con el bate de béisbol en la peluquería la Policía Local dejó a la hija de Ana Belén al cuidado de L. M. B., porque eran pareja", señala Guillermo Calvo en referencia al episodio de agresión por el que fue condenado a prisión su defendido.

Juan Castaño Quirós, Juanele, el exfutbolista del Sporting, el Zaragoza y el Tenerife se encuentra en la prisión de Villabona desde el mes de marzo. Llevaba cuatro meses ingresado en un centro médico y de forma voluntaria solicitó el ingreso en la cárcel después de que el Consejo de Ministros rechazase la petición de indulto que solicitó entonces su abogado Guillermo Calvo. Allí permanecerá durante un año, como sentenció la sección tercera de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Oviedo, que elevó en 2016 la pena de cinco meses de privación de libertad que el juzgado de lo penal número 2 de la ciudad le había impuesto hace un año al exfubolista por un caso de malos tratos. No obstante, su abogado confía en poder acortar su estancia en prisión, donde sigue jugando al fútbol con otros presos.