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Avelino Alonso Rodríguez | Director del Ateneo de La Calzada

"En La Calzada se vive un ambiente de pueblo y eso hoy en día es una ventaja"

"Un rasgo común de mi generación es que nos hemos pasado la vida aprendiendo merced a los cambios desbocados que se producían"

Avelino Alonso cruza el paso de peatones para llegar al Ateneo. Marcos León

Lleva 27 años al frente del Ateneo de uno de los barrios más populosos de España, así que Avelino Alonso puede considerarse una institución. Pero como todo en la vida tiene su fin, el próximo mes de octubre cesará en sus responsabilidades, lo que ha de marcar un antes y un después en la historia del centro. Creo que está mentalizándose para la despedida, que quiere hacerse el fuerte y trata de no darle importancia al adiós; vano intento, si se tiene un corazón como el que Avelino deja entrever en sus palabras. De otro modo, es un hombre inteligente, reflexivo y analítico; buen chaval.

- Defínase, por favor.

-Nací en Gijón (1955) y vivo en la misma casa en que vine al mundo, en la calle San José. Soy un ser humano, tímido, trabajador y no muy disciplinado; acepto mal la autoridad, tienen que explicarme las cosas. Me gusta poco hablar de mí mismo. Estoy casado con Begoña Enguita, tengo un hijo y dos nietos.

- ¿De pequeño que quería ser?

-Almirante. Hice la primera comunión vestido de marinero, y deseaba ascender.

- ¿Cómo fue su formación?

-Hice el Bachiller en el colegio de los Jesuitas y luego me licencié en Historia en la Universidad de Oviedo, y en Guitarra en Madrid. Creo que el profesorado, en general está mejor preparado ahora que antes y esto es importante. ¿Que si toco la guitarra mucho? No, es un instrumento muy cruel, que requiere demasiadas horas.

- ¿Ha seguido formándose a través del Ateneo?

-Sí, este es un rasgo común de mi generación, que hemos pasado la vida aprendiendo merced a los cambios desbocados que se iban produciendo.

- ¿Estrenó usted el edificio que hoy alberga el Ateneo?

-Poco más o menos. Esta sede la inauguró Tini Areces en 1986; fue de las primeras cosas que hizo como Alcalde, pero lo había proyectado José Manuel Palacio.

- Haga un balance de estos 27 años?

-He sido feliz y estoy satisfecho; me considero una persona afortunada por trabajar en un sitio donde lo pasé muy bien. He conocido gente que me aportó mucho en mi desarrollo personal. Este puesto lo obtuve por oposición. Coincidí en la adjudicación del Ateneo con otras tres plazas: la dirección del Museo del Ferrocarril, la del Pueblo de Asturias y la del Taller de Música.

- Su responsabilidad equivale a la del Ateneo de una capital, por ejemplo Soria, con 70.000 habitantes, tiene tantos como la Calzada.

-Siempre fuimos muy conscientes de esto, y aquí, el Ateneo es el referente del vecindario. "Tengo un problema, ¿a dónde voy?" Vienen aquí. Esto es como una sucursal del Ayuntamiento, sólo que mas cercano. El vecino siente que el Ateneo es suyo, un lugar amable y acogedor.

- ¿Cómo es el público en general?

-La Calzada tiene una ventaja, que se vive un ambiente de pueblo, la gente se conoce, se habla, se para por la calle. Todos son amigos y convecinos, lo que supone una ventaja, cuando la sociedad camina hacia lo contrario, a que las personas estén muy solas.

- ¿Que suscita mayor interés entre el público?

-Los cursos de formación, la biblioteca, la atención al ciudadano. En cuanto a los espectáculos, lo que tiene más éxito son los festivales artísticos y el teatro. Pero con 27 años aquí sigo llevando sorpresas. Ayer, por ejemplo, vino un fotógrafo con una colección muy interesante. Resulta muy agradable ver que la gente tiene aprecio a cosas que no cuestan dinero. En realidad necesitamos poco para vivir.

- ¿Cuál ha sido su momento estelar?

-La conmemoración del centenario, en 2004, ya que este Ateneo se creó en 1904. Lo celebramos con una exposición, se hizo un relato de su historia y publicamos un libro.

- ¿Y el más difícil?

-Había una promotora inmobiliaria que nos solicitó el salón de actos para celebrar un acontecimiento suyo. Por otra parte teníamos muy cerca de las puertas del Ateneo a un grupo de mozalbetes que era muy molesto, hacían ruido, escandalizaban? Eran la gandaya. Bien, estos chicos quisieron hacer un desfile de modelos para recaudar fondos para el tratamiento de un taxista del barrio enfermo de cáncer. La fecha coincidía con la fiesta de la inmobiliaria, y los llamé para decirles que no les cedía el salón. Entonces desplegaron toda su artillería para destituirme, y la gandaya también estaba en contra mía por no acabar de definirme. Al final se hizo el desfile para sacar perres para la operación de cáncer del taxista. Pero cundió el ejemplo y surgieron más festivales para el enfermo y éste sanó; anda por ahí.

- ¿Se jubilará con júbilo?

-Sí.

- ¿Qué planes tiene?

-Lo primero hacer el Camino de Santiago. Luego voy a ser egoísta durante un tiempo para dedicarme al cultivo de mí mismo.

- ¿No tocará la guitarra?

-No, a la guitarra hay que respetarla.

- Deportivamente, ¿usted quién es?

-Un montañero. Hago esquí, escalada, alpinismo. Subí el Urriellu varias veces, y el Kilimanjaro, de 6.900 metros; uno de los sitios más impresionantes, y el Mont Blanc, y otros.

- ¿A quién admira?

-A los pensadores, como Heidegger, Gustavo Bueno, el sacerdote José Luis Martínez, Hevia Carriles? En general admiro a la buena gente, aquella en que puedo confiar.

- ¿Quién ha sido su maestro?

-Yo mismo.

- ¿Y su político?

-No tengo.

- Si volviera a empezar?

-Soy una persona muy satisfecha, no cambiaría nada.

- ¿Va a llorar en el adiós al Ateneo?

-No, no soy de añoranzas, ese día tendré el problema de qué hacer. Trabajé en lo que me gustaba y tengo una familia. Conocí a mi mujer a los 17 años y sigo enamorado de ella. He tenido una vida muy tranquila y feliz.

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