"Quiero demostrar que no he sido una mala madre". Fue el último ruego de la mujer de Gijón que ya espera sentencia por la acusación del delito de abandono de familia y por el que Fiscalía reclama la retirada de la patria potestad de su hijo durante seis años y una multa de 1.620 euros.

"No soy alchólica, ni tengo problemas con el alcohol", señaló la acusada y justificó el mal estado en el que la vio la Policía, en las dos ocasiones en que se personó en el domicilio alertados por el padre del menor, con el consumo de pastillas como "orfidal" para combatir sus problemas. "La demencia senil de mi padre iba a más, estaba sin dinero y sin trabajo, estaba muy mal muy mal y me medicaba más de la cuenta; un día tomé dos cervezas como todo el mundo hace constantemente", señaló la procesada.

Los agentes de la Policía Nacional que se personaron en su domicilio ratificaron lo expuesto entonces en el informe. Todos ellos coincidieron en asegurar ante el magistrado de lo Penal número 1 de Gijón que la mujer estaba visiblemente afectada por el alcohol y que en una ocasión "ni podía articular palabra". En otra se la encontraron sangrando por la nariz porque se había caído "al no poder mantenerse en pie".

Los hechos, según el relato de la Fiscalía, se prolongaron de abril a junio de 2016, tiempo en que la gijonesa acusada convivía con su hijo, nacido en 2004 y del que tenía su guarda y custodia. Al menos en tres ocasiones -los días 14 de abril, 21 de mayo y 14 de junio de 2016- la acusada se encontraba bajo los efectos del alcohol, cuya ingesta realizaba de forma habitual en ella. Unas situaciones que hicieron necesaria la intervención de agentes de la Policía Nacional en las tres ocasiones porque la mujer, "que no podía mantenerse en pie", según el escrito de acusación, estaba desatendiendo el cuidado de su hijo menor de edad.

En la denuncia, el padre del menor, -que ahora tiene la custodia del menor y al que su madre denunció por malos tratos pero absuelto de esos cargos por la justicia- aseguró que la situación de abandono de su hijo por parte de la madre era constante y así lo ratificó ayer en su declaración. "Se tenía que levantar solo y poner el despertado, su madre dormía toda la mañana por el alcohol, se tenía que hacer el desayuno y muchas veces también la comida; además se enfrentaba al niño muchas veces", desveló su progenitor.