El rehabilitado edificio de la antigua Escuela de Comercio, cuyas obras estarán finalizadas previsiblemente en tres semanas, será uno de los nuevos polos culturales de la ciudad antes de las próximas Navidades. Es la fecha que baraja la alcaldesa, Carmen Moriyón, para reabrir unas instalaciones cuya recuperación y futuro amueblamiento tendrán un coste final de 6 millones de euros.

Son los datos que la Alcaldesa dio ayer en la presentación del plan de usos de Comercio, un inmueble con 3.285 metros cuadrados de superficie disponible (los construidos son 4.000 metros cuadrados) que contribuirá a reforzar como polo cultural de la ciudad las calles Jovellanos y Tomas y Valiente, aledañas a la plaza del Parchís. A la espera de que se concreten las alternativas para Tabacalera, en Cimavilla, esos espacios del centro urbano se convertirán en la principal infraestructura cultural municipal. Al Centro Antiguo Instituto se sumará el viejo edificio de Comercio, todavía sin bautizar. Ambas instalaciones tendrán los mismos horarios y Moriyón no descartó ayer que, en un futuro, puedan unirse estos dos inmuebles desde la planta sótano del segundo, a una cota de casi cuatro metros bajo el suelo.

La división espacial de Comercio está hecha a partir de cuatro plantas. El planteamiento es que el edificio permita ofrecer una serie de servicios muy distintos. Será una instalación heterogénea que albergará por ejemplo algunos de los importantes archivos de la ciudad, pero en la que se ubicará también la Oficina de la Juventud, además del Ateneo Obrero, el Ateneo Jovellanos, la Sociedad Cultural Gijonesa y Gesto, cuatro entidades culturales históricas. Y en donde abrirán también salas de estudio y de exposiciones, además de un salón de actos con 130 butacas.

"Una vez que en el 2012 se vio que no era posible la Escuela de Negocios, hemos tratado de responder a necesidades pendientes", explicó la Alcaldesa. Este nuevo centro dependerá directamente de la Fundación Municipal de Cultura. "Estoy contenta (con los resultados)", añadió la Alcaldesa, para quien esta obra cumple "con el objetivo de rescatar el edificio", pero también con el de adecuarlo a algunas "necesidades" municipales sin "condicionar cambios futuros". Moriyón se mostró convencida de que el proyecto tiene un amplio consenso municipal, aunque algunos portavoces de la oposición (desde el PSOE a Ciudadanos) expresaron dudas y matices.

En síntesis, este plan de usos prevé que la planta sótano del inmueble se destine a los importantes fondos de la hemeroteca de la Cámara de Comercio, ahora custodiados en el polígono de Asipo, además de las bibliotecas del Padre Patac, la cervantina de Álvarez Viña o los documentos de la antigua Gota de Leche. Será también una extensión del Archivo Municipal, en coherencia con las necesidades de este servicio. Se quiere que la biblioteca de Patricio Adúriz vaya al Muséu del Pueblu d'Asturies.

La planta baja (es la que está casi a ras de calle) acogerá la Oficina de Juventud, con dos dependencias de más de 125 metros cuadrados cada una, además del salón de actos y una sala de consulta (archivos, documentos, etcétera) . La primera planta (construida a cota de siete metros) se destina a tres salas de estudio de 125, 76 y 49 metros cuadrados, junto con una oficina y espacios de trabajo para consulta de la citada hemeroteca. Y también una sala de exposiciones de 123 metros cuadrados. La segunda planta (está a una cota de 12,10 metros) y se divide en cuatros espacios exactamente iguales (algo más de 124 metros cuadrados cada uno) que usufructuaran el Ateneo Obrero, el Ateneo Jovellanos, Gesto y la Sociedad Cultural Gijonesa. Los vestíbulos de las tres plantas superiores, que suman casi 600 metros cuadrados, podrán utilizarse para exposiciones y otras actividades.