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Bota "El Invierno"

Bota "El Invierno" era ciego, zaino y explosivo, reposado en el hablar y cadencioso en el andar al compás de su cayado. Vestía, de ordinario, gabán y chambergo y recortaba su canosa barba a estilo noruego. Marchaba por las aceras renqueando y hablando con el pitillo, su inseparable compañero, hasta que algún pillete le azuzaba: "¡Bota El Invierno!". El ciego entonces se ponía en guardia apretando el báculo y orientando el oído hacia el punto donde partía la voz. "¡Bota El Invierno!", se volvía a escuchar, y el ciego, con disimulo, y con camuflada templanza contestaba "¡Bota el Verano!". Y entonces surgía la explosión desplazando el cayado en círculo y a ras de suelo, con fuerza tal capaz de segar las piernas a un pelotón de soldados.

Claro que solía pagar el pato algún despistado transeúnte y así las alcancías se convertían en lanzas para el ciego "Bota El Invierno" que, en vano, reclamaba la presencia de un municipal. Como si el par de municipales que había no tuviese bastante con perseguir a los "moquertistas" del barrio de La Rueda y poner paz en las colistas de la fuente de El Botón.

Fabriciano González. Diario "El Comercio", 8 de junio de 1945

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