Al caer la noche en la villa cobran protagonismo. Los Serenos de Gijón velan por la integridad de los ciudadanos y el bienestar patrimonial. Su trabajo, vigía de comercios y establecimientos hosteleros, se amplía en la mayoría de ocasiones. Si alguien se pierde, le ayudan a encontrarse. Si desaparece una señora -como sucedió en La Calzada hace unas semanas- ellos colaboran en la búsqueda. Si se escapa un perro, están atentos por si aparece. Si aparece un jabalí en pleno centro -como ocurrió en la avenida Schultz- le tienen controlado hasta la llegada de la policía. Si ven un delito, dan parte de ello para que la autoridad intervenga. Aunque a veces se encuentren con delincuentes que no respetan nada ni a nadie.

El último incidente sucedió en la madrugada del sábado pasado. Fue en la calle Jovellanos, cuando una sereno, que prefiere mantenerse en el anonimato, detectó una pelea entre dos varones. Acertó a escuchar una frase que le hizo detenerse. "¿No te da vergüenza tratar así a esta chica? A las mujeres no se las trata así". Ambos estaban en situación de pelea y, a su lado, en la marquesina del autobús, se encontraba una joven de 16 años, a la sazón, pareja de uno de los implicados. "¿Estás bien?", preguntó la sereno. "No hagas caso a esa zorra", le indicó con vehemencia el joven a su novia. La sereno reiteró su interpelación ante la tímida afirmación pero su respuesta volvió a ser positiva y se volvió a meter en su coche, con el que hace diferentes itinerarios para asistir al resto de compañeros. De pronto, la joven abrió la puerta y se montó en el vehículo y le pidió que la acercase a su casa.

Al llegar a su domicilio, la joven seguía muy nerviosa. Había perdido sus pertenencias en el transcurso de la noche y no tenía llaves por lo que llamaron al timbre. Por lo que fuese tardaron en abrir. En una de estas llegó el agresor, cogió por un brazo a su novia y le lanzó un puñetazo y una patada al costado a la sereno que no dudó en llamar a la policía. "Cualquier que agreda a un sereno sabe que tendrá una denuncia", explica la vigía.

Llegaron los agentes y les ofreció una descripción, se montó con ellos en el coche patrulla a ver si les localizaban por la zona. Tras un rato dando vueltas los interceptaron, discutiendo de nuevo, y los agentes de la Policía Nacional procedieron a identificar al joven de 26 años, que opuso resistencia y acometió contra los policías intentando golpearles de forma muy violenta.

Pero las noches en la ciudad suelen ser más tranquilas. Con la llegada del verano aumenta la precaución porque los jóvenes aprovechan para salir más y hasta más tarde. La labor de los Serenos de Gijón es la de controlar los comercios, socios, principalmente, pero también ajenos. Que todo esté tranquilo, las luces apagadas y las puertas y ventanas cerradas. Pero su condición de cuidadores les hace ir más allá en sus funciones, velando por todos los ciudadanos, y siempre dispuestos a ayudar a quien se lo solicita. De madrugada, son la única oficina de turismo de la ciudad que no echa la persiana.

De ahí que sean la única esperanza de muchos de los integrantes de las despedidas de soltero despedidas de solteroque visitan la ciudad cada fin de semana, que a medida que avanza la noche "no saben ni donde están". "Muchas veces ni se acuerdan del nombre del hotel, procuramos sacarles información, algún detalle que nos dé una pista para poder situarles o incluso llevarles hasta allí", explica la sereno. También disponen de servicios fijos de acompañamiento que se hacen casi a diario.

Hay establecimientos que son clientes que pagan ese servicio adicional para cuando salen de trabajar de madrugada. "Nos llaman entre diez y quince minutos antes para dar tiempo al sereno a llegar", desvela. De todo lo que pasa, ellos se enteran; de que nada te pase por las noches, ellos se encargan. Gijón es ciudad serena por las noches que amanece cada día, intacta, gracias a ellos, con permiso de la autoridad.