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El debate candente de las despedidas de soltero: "Lo que pasa en Gijón se queda en Gijón"

Los hosteleros se debaten entre el beneficio económico que suponen estos grupos de jóvenes y la "mala imagen" que dan de la ciudad

El debate candente de las despedidas de soltero: "Lo que pasa en Gijón se queda en Gijón" FERNANDO RODRÍGUEZ

"Lo que pasa en Gijón se queda en Gijón", se oye a voz en grito en una de las terrazas del centro de la ciudad. La autora de la máxima es una joven con el kit oficial de despedida de soltera al completo: banda rosa, provocativa diadema y altavoz en mano. Esta escena o similar se ha vuelto habitual en las últimas fechas. Las despedidas de soltero toman Gijón y las opiniones al respecto no pueden estar más confrontadas.

Los hosteleros de la ciudad se debaten entre el rechazo más absoluto y la aceptación sin reparos. Eso sí, la mayoría de ellos prefieren no revelar su identidad para no ser vetados ni verse convertidos en polo de atracción de estas celebraciones, según qué opiniones viertan.

"Cuanta más gente venga mejor, pero hay que marcar unas pautas de comportamiento y respeto mutuo", explican los trabajadores. Lo que es innegable es el beneficio económico que supone para los locales ya que "vienen grupos muy grandes de personas y, además, lo hacen con la intención expresa de gastar dinero sin remilgos".

Sin embargo, dejan claro que hay dos tipos de grupos, a saber: "Los que vienen a pasárselo bien y los que vienen a desmadrarse sin control", aseguran los hosteleros, "y se les identifica según entran por la puerta".

Por ello, los dueños de varios locales de la Ruta de los Vinos tienen clara su posición. "Se lo aviso de antemano: si se comportan, se les sirve sin ningún problema, pero como empiecen a dar más jaleo de lo habitual, les echo", sostiene una veterana hostelera de la zona.

"Hacen mucho gasto, pero hay algunos que no salen rentables", explican los dueños de los locales. "Si consumen mucho pero incomodan a la clientela habitual, no me es rentable, porque yo de lo que vivo todo el año es de los de aquí, no de los que vienen de fuera", aseguran.

Lo que es meridiano es que hay formas y formas. "A partir de cierta hora es cuando empieza el desmadre", asegura una hostelera de la zona del Carmen. "Por el día no suele haber ningún problema, son muchas personas y con grandes consumiciones, incluso animan a la gente", sin embargo, todo cambia con el paso de las horas. "Es mucho tiempo seguido el que se tiran de fiesta, bebiendo sin parar, y al final eso trae consecuencias, sobre todo de madrugada", sostiene.

Frente a los hosteleros que defienden que, a fin de cuentas, "es una forma más de turismo a la que hay que amoldarse", están quienes creen que es "una aberración para Gijón". "Lo que queremos es un turismo de calidad, esto no le hace ningún bien", argumentan. Las despedidas de soltero llevan visos de convertirse en el gran debate de la ciudad, por delante del plan de vías o el Plan General de Ordenación. Los argumentos están servidos.

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