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LAURA FLORES | Profesora de Derecho Constitucional e investigadora en Derechos Humanos

"La gestación subrogada precisa de una legislación común a nivel internacional"

"Si el proceso se hace con un contrato, estaríamos ante una compraventa de niños, además de anular la voluntad de la gestante"

Laura Flores, ayer, en Gijón. MARCOS LEÓN

Laura Flores (Sevilla, 1989) es licenciada en Derecho por la Universidad Hispalense, ha realizado un máster oficial en Derechos Humanos, Interculturalidad y Desarrollo en la Universidad Pablo de Olavide y ha realizado estancias académicas en el Center for the Study of Women and Society, Graduate Center, City University of New York y en la Università degli Studi di Roma Tor Vergata.. Ayer participó en la primera jornada de la XIV Escuela Feminista Rosario de Acuña para hablar de reproducción asistida.

- La reproducción asistida, ¿corre riesgo de mercantilización o sirve para el empoderamiento?

-Esa es la cuestión. Depende de cómo se configuren tanto jurídicamente como socialmente las técnicas de reproducción asistida. Están ahí y pueden ser una herramienta que sirva a las mujeres precisamente para controlar más allá de lo que biológicamente se permite esa función reproductiva, pero parece también que esas técnicas están siendo apropiadas por otros agentes sociales, fundamentalmente con intereses económicos, que las están utilizando de una manera mercantil. Al final están vendiendo la maternidad como un producto más que se comercializa en una sociedad capitalista. Vemos que ya no se produce para satisfacer necesidades, sino que se crean necesidades para vender un producto que previamente nos han fabricado. Es lo que nos muestra la concentración de la oferta de servicios en el sector privado.

- ¿Se puede solucionar?

-Yo sostengo que se pueden configurar estas técnicas de reproducción asistida y que pueden ser una herramienta para el empoderamiento de las mujeres pero con unas cuantas salvedades.

- ¿Cuáles?

-Fundamentalmente que tienen que desarrollarse en el ámbito público, porque es la única manera de tener una garantía jurídica de que los intereses de la mujer serán los más importantes. Y también tenemos que tener en cuenta otros temas relacionados con la forma en que entendemos y configuramos la maternidad, ese mandato cultural.

- ¿A qué se refiere?

-Parece que tenemos que cumplir el mandato de ser madres, y desde algunos sectores feministas incluso se han rechazado las técnicas de reproducción asistida al entender que hacen pasar por ese mandato de la maternidad a mujeres que tradicionalmente habían estado excluídas, como las solteras, las lesbianas o las mujeres con problemas reproductivos. Parece que ya ninguna tiene excusa desde que tenemos al alcance estas técnicas. Hay que repensar la maternidad en su conjunto desde una postura crítica. Las técnicas deberían ponerse al servicio de las mujeres y es un tema muy complejo porque hoy en día no son herramientas de empoderamiento sino más bien un producto más en el mercado.

- La gestación subrogada sigue siendo otro gran problema.

-En España no está expresamente prohibida la gestación subrogada. En realidad no es una técnica de reproducción asistida, es un contrato, un efecto contractual que se da a la aplicación de esa técnica, y nuestra legislación establece la nulidad de pleno derecho de ese contrato, así como que la maternidad legal se determina por el parto. Se trata de algo minoritario a pesar de de la atención pública que suscita, realmente son muy pocas las personas que acceden a este tipo de técnicas o que ponen en práctica la gestación subrogada fuera y luego vienen a España y quieren inscribir a los hijos que han tenido.

- Pero la alegalidad genera conflictos...

-Efectivamente. Si nuestra legislación considera que es nulo, ¿qué hacemos con esos niños? ¿los inscribimos? Estamos dejando en una situación de desprotección y vulnerabilidad a los menores si no se hace así... La cuestión es cómo abordar una solución. Es necesaria una legislación común a nivel internacional para solventar esta cuestión de raíz, porque si no, nos vamos a encontrar con problemas constantes. La propia UE reconoce el margen de apreciación que tienen las legislaciones nacionales en el ámbito del derecho de familia y reconocen la posibilidad de dar diferentes soluciones a esta cuestión. Es complejo, desde el Derecho es una cuestión difícil de resolver a nivel nacional aunque se considere que atenta contra la dignidad de la mujer y que realmente es una cuestión inaceptable desde mi punto de vista. Porque no parece aceptable que si las mujeres estamos dejando de gestar para nosotras mismas pretendan convencernos de que altruistamente vamos a prestarnos a hacer esto para otros.

- ¿Y con contratro previo?

-Estaríamos directamente ante una compraventa de niños si se hace a posteriori, y si es a priori estaríamos anulando la voluntad de la mujer durante nueve meses, porque luego no puede retractarse en lo que ha acordado previamente. Hay que generar el debate y hablar sobre la maternidad subrogada, es necesario.

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