Un homenaje al gaitero como figura inexcusable de la música tradicional del Principado. Es una de las novedades que ofrecerá el segundo curso de interpretación de la canción asturiana, que se celebrará en Gijón del 7 al 21 del próximo mes de julio bajo el magisterio de Joaquín Pixán. Un reconocimiento al que se sumarán algunos de los más carismáticos cantadores de tonada, entre ellos varios campeones, y al que también asistirá el poeta Antonio Gamoneda, premio "Cervantes" de 2006 y autor, junto con Pixan, de una enjundiosa propuesta ("tentativa" han llamado a su trabajo) para la renovación de la asturianada.

La revalorización del gaitero como figura clave de la música tradicional está ligada al impulso que tomó el movimiento asturianista a finales de los años setenta del pasado siglo. Recluido hasta entonces junto a los tamborileros (extraña que no se extienda también el homenaje a estos percusionistas) en las fiestas de "prau", la irrupción de nuevas generaciones que vieron las posibilidades musicales de este instrumento se sustanció en la creación de importantes bandas de gaitas. Y también en la obra de un buen número de solistas que deslumbró en prestigiosos concursos internacionales, por no hablar del éxito sin fronteras de Hevia. Son los nietos y bisnietos de un grande como Ramón García Tuero, más conocido como el "Gaiteru de Libardón".

Este homenaje incluye a los grandes talentos del pasado, aquellos que han dejado una impronta y son recordados por los instrumentistas de ahora. Es el caso, por ejemplo, de José Remis Ovalle, "Gaitero Mayor" de España. En los actos de este segundo curso de interpretación de la asturianada está previsto, asismo, un reconocimiento a los constructores de gaitas.

Unos sesenta cantadores están citados en el Ateneo de Jovellanos, el próximo día 7, en una primera sesión del citado curso para debatir sobre la asturianada. Para los organizadores, la "positiva evolución artística" de los gaiteros está estrechamente relacionada con "la formación, el refinamiento técnico, fruto del estudio reglado y rigurosamente compatible con la inspiración y el talento personal".

Además del homenaje al gaitero, los organizadores de este encuentro gijonés quieren reunir a los cantadores más galardonados, como se ha dicho, para una "gran foto de familia" que sirva de "gesto de autoafirmación de la música asturiana cantada" y de proclamación de su "vigencia". También de su "proyección". No es condición imprescindible la participación en el curso de Pixán para participar en esa foto de campeones.

La gaita y la asturianada viven, contra lo que se pronosticaba hace años, un buen momento. Desde la organización del curso gijonés se recuerda la próxima creación, según decisión ministerial, de la especialidad de "Asturianada" en las enseñanzas profesionales de música. Resulta paradójico que, mientras los conservatorios se abren a la tonada, resulte una rareza encontrar un chigre donde dejen cantar, aunque sea bien.