La amplia presencia policial fue la nota dominante en la jornada inicial de las fiestas de Castiello. La celebración de la primera verbena, el pasado miércoles, contó con un inusual despliegue de la Policía, con más agentes que en ediciones precedentes. Los funcionarios policiales desplegaron un amplio perímetro de seguridad e incluso dieron el alto a varios taxis para comprobar que sus ocupantes llevaban puesto el cinturón de seguridad. Los controles de alcoholemia también cobraron protagonismo. Todo para comprobar que la fiesta transcurría sin ningún incidente y sin problemas por los botellones.

Además, como novedad este año, los agentes solicitaron el documento de identificación a los asistentes más jóvenes para, por un lado, comprobar su mayoría de edad y evitar el consumo ilegal de alcohol. Esta actividad, cada vez más extendida entre los adolescentes, se vuelve más habitual durante las fiestas veraniegas. Tanto los agentes como los organizadores apelan al sentido común "para no olvidar las malas consecuencias del alcohol".

José Ramón Suárez, presidente de la comisión de festejos de Castiello, calificó las medidas de seguridad desplegadas como "normales". Desde su punto de vista "hubo el mismo despliegue de seguridad de siempre. Es algo que no debería escandalizarnos", aseguró. En este sentido, Suárez advirtió que "requerir el DNI a los jóvenes que estén bebiendo es algo entendible, para evitar que suceda alguna desgracia", argumentó. Además, Suárez quiso recordar que "no hace falta emborracharse para pasárselo bien".