"Si no puedo bailar, tu revolución no me interesa", decía la anarquista Enma Goldman. La charanga "Ventolín" se ha encargado durante los últimos 35 años de ponerle música a todas las reivindicaciones de la ciudad: sociales, sanitarias, educativas, laborales... Ayer echaron de menos el acompañamiento del himno de Riego y de más las multas municipales a quienes tocan en la calle. No se callaron al decirlo. Y se comprometieron a que su música nunca callará porque "hay que tomar partido hasta mancharse".