El concierto de "Marlango" comenzó en inglés y acabó muy en castellano, con una versión de "El último trago", de Chavela Vargas. El trago volvió a ser ayer escuchar un concierto que sufrió, como el de Ariel Rot, problemas de acústica que impidieron una buena audición de los artistas.

Aunque Leonor Watling ponga la voz al dúo, quien lleva la voz cantante es el pianista Alejandro Pelayo, que comenta la mayor parte de los temas y que agradece, de entrada, la presencia de público "a pesar de todas las posibilidades de ocio que ofrece esta ciudad y la televisión".

Suena "Dame la razón", del álbum "Un día extraordinario" y Pelayo bromea con los fans. Asegura estar en "condiciones deplorables, después de andar en bici y comer cachopo y sidra". Que el concierto no sonaba bien lo detectó Watling cuando preguntó al público que cómo se oía, después de cantar "Vete. "No es fácil", dijo la artista, contrariada, "porque esto suena como en la catedral de Burgos pero esto no es la catedral de Burgos". Suenan risas y llegan los mejores aplausos cuando suena "Vía con me".

Para presentar la versión de la canción cubana "Veinte años", datada en 1935, bromean entre ellos y el pianista dice que la forma de cantar de Leonor "también es antigua, como la canción". Piden entonces la colaboración del público para silbar una melodía diciendo: "Como los políticos, no esperéis qué puede hacer la canción por vosotros, sino qué podéis hacer vosotros por la canción. Hasta nuestro presidente podría hacerlo, ensayando". Nuevas risas y aplausos. La canción es "Pequeño vals".

"Marlango" ofreció versiones de otros, como el "Creep" de Motorhead, "Semilla negra", de Radio Futura, el clásico "Ay pena, penita, pena" o "Pétalo de sal", de Fito Páez. Suena también "Dinero", popularizada con Bunbury.

Después de un par de bises llegó la despedida con el último trago de Chavela. Y una nueva perorata de Pelayo: "Nos hacéis sentir como en casa, aunque esta frase puede ser injusta porque en casa a veces no se está tan bien".