Galardonado con premios internacionales como el "Iberart" de pintura o el que concede, en la disciplina de escultura, la Fundación Gabarrón, Santiago Picatoste ha ido afianzado un lenguaje plástico muy personal a partir de una abstracción de factura colorista. El artista mallorquín (Palma, 1971) inauguró ayer en la sala Aurora Vigil-Escalera su primera exposición monográfica en Asturias, bajo el título "Atlas".

"Este imaginario del artista, con especial énfasis en la psicología del color, funciona como una reverberación, cual paisaje especular que contiene -eso sí- la memoria visual del artista y su acción casi performática en el estudio", afirma el escritor y crítico de arte Iván Terrasa, buen conocedor de la obra de Picatoste.

El artista mallorquín es una de las apuestas de la galería Vigil-Escalera. El pintor explora las herencias del expresionismo abstracto, pero incorporando a sus obras huellas del pop-art e, incluso, lenguajes urbanos como los del "graffiti". Picatoste lleva más de quince años participando en la feria Arco y en citas de la importancia de Art Verona, Art Bologna y en otras en América, de Nueva York o Sao Paulo. Ha sido becado, por ejemplo, por la Fundación Pilar y Joan Miró o la Casa Velázquez.

"En la obra de los últimos años de Santiago Picatoste encontramos una marcada alquimia en los procesos de investigación y producción", explica Terrasa. A su juicio, es destacable en la obra del mallorquín el constante "vínculo y equilibrio entre lo tradicional y lo industrial, hasta casi transformarse en híbrido". Y añade: "Este binomio consagra un sello, distintivo en su forma de entender lo plástico, 'congelando' lo pictórico, como si de un fotograma se tratara. O, como al propio artista le gusta definir: 'la cristalización del gesto'". La exposición permanecerá en la sala de la calle Capua hasta el 21 de agosto. Una excelente ocasión para acercarse a la obra de un creador con gran proyección.