En 1887, el Boletín Oficial de Oviedo publicaba el edicto sobre el proyecto de un muro en la playa de san Lorenzo, para en su caso presentarse las alegaciones correspondientes. El muro estribaría frente a la calle de Jovellanos y siguiendo en curva, trazada por entre las líneas que indican las pleamares de mareas vivas y muertas, recorrería una longitud de 1.100 metros terminando cerca del río Piles. El paredón cataría construido con mampostería ordinaria hidráulica, de cuatro metros de alto por dos de ancho y uno en la coronación con talud de un octavo. El terreno ganado al mar, de 86.442 metros cuadrados, se dividiría en cinco grandes manzanas, con obras a ejecutar en cinco años por un presupuesto de 113.986 pesetas.

La segunda mitad del siglo XIX conoció el auge del turismo templado en el norte peninsular. Fue la reina Isabel II quien fijó su residencia sucesivos veranos en el palacio de los marqueses de San Esteban del Mar (hoy de Revilla-Gigedo), usando una caseta en la playa de Pando (actual Poniente). Arrancó el ferrocarril y el tren "Botijo" hacía hasta cuatro servicios diarios Madrid-Gijón en unas 12 horas el trayecto. A finales del siglo funcionaban varios balnearios en el sector occidental, como "La Favorita", "La Sultana", "La Cantábrica" y "Las Carolinas", cuyo restaurante ofrecía un menú del día con langosta. Los fines de semana había festejos, verbenas con orquesta y típicos paseos por el arenal. Era la época de la Restauración borbónica, incipiente industrialización y Musel exportador de carbón.

En 1903 el alcalde Rato y Hevia pretendió el trazado definitivo del paseo del Muro, bajando con los concejales a la hora de la pleamar equinoccial, para comprobar hasta donde llegaban las olas. Sin embargo al desarrollarse las obras desde 1907 -durarían otros siete años más- con un presupuesto de 263.000 pesetas, tras pasar la zona de las "Tiendas del Aire" se decidió avanzar más hacia el mar. Para el relleno se utilizaban los carros del Ayuntamiento, procediendo a transportar tierra del coto de San Nicolás. Desde la calle Juan Alonso se cambió la distancia de 14 metros desde las casas al mar por los 9 metros actuales. Supuestamente se haría para facilitar mayores construcciones en el llamado "martillo de Capua".

En el otro extremo se construía un puente sobre el riachuelo Piles, también para los automóviles que comenzaban a circular entonces, según nos cuenta Manuel de Cimadevilla en su libro "Gijón en retrovisor". En 1911 el Ayuntamiento publicaba sobre la extracción de arena: "La Comisión Especial propone limitarla por parte de los agricultores, para que la playa no vaya desapareciendo, gestionando con la Comandancia de Marina la aplicación de un bando contra tales abusos". A principios del siglo XX reinaba Alfonso XIII en la época del regeneracionismo, quien visitó la ciudad para las regatas de 1912, se ponían en marcha el Real Club Astur de Regatas en el café "Lion d´Or", el Centro Asturiano de la Habana, asistencial y recreativo, y el sindicato obrero socialista de clase SOMA-UGT.

En 1916, el periódico El Noroeste publicaba sobre el relleno del trozo comprendido entre la calle del Gas y el puente del Piles, y la forma de llevar a cabo la extracción de arena de la playa: "A propuesta del señor Felgueroso, se decidió hacer la extracción de la arena para el relleno del muro por el sistema de cestos llamado "la hormiga", puesto que hubo que desechar los procedimientos mecánicos a causa de la imposibilidad material de obtenerlos. Esta operación se hará a destajo, para lo cual se adquirirán cien cestos, y por cada uno de éstos que se desocupe, se pagará al obrero un céntimo". Y añade: "creyendo también que las diez mil pesetas presupuestadas para ello con las que calculan extraer diez mil metros cúbicos de arena, sean lo suficiente a dar por terminada la obra".

Por fin el mismo diario informaba en junio de 1917 de la conclusión de la obra: "para terminar el trabajo, en las fincas de los propietarios enclavadas paralelas al Muro, se refuerza el muro de contención, con la alineación de la calle y la colocación de una valla estética". En 1917 se procedió también a la inauguración oficial del estadio de El Molinón, pero en Gijón y España fue un año complicado y trágico tras la bonanza por la neutralidad inicial en la I Guerra Mundial. Hubo una triple crisis: Juntas de Defensa militares, asamblea de parlamentarios de oposición en Barcelona, y huelga general revolucionaria, organizada en Gijón por CNT, UGT, PR y PSOE, el gobierno decretó el Estado de Guerra y hubo más de cien muertos.

Otro hecho curioso tuvo lugar en 1921. Se presentó un proyecto para edificar un "Gran Casino Teatro Hotel" en la zona del Campo Valdés. Se trataba de construir un muro de ribera de doscientos veintidós metros de longitud, al sur de la iglesia de San Pedro, para elevar siete mil trescientos metros cuadrados, en parte ganados al mar, añadiendo además al noreste del área un espigón protector lateral para resguardar la playa. Aunque lo aprobó el Ayuntamiento, no llegó a realizarse. La historia de la playa de san Lorenzo viene marcada por la sucesiva pérdida de superficie de arena seca en pleamar. Otro arañazo fue el hundimiento cercano del barco "Castillo de Salas" en 1986, aún en 2013 el concejal delegado declaraba que Emulsa retiraba cada año de la playa más de 300 toneladas de arena contaminada con carbón. No obstante la pérdida se ha recrudecido en los últimos años tras la ampliación exterior del puerto del Musel, que ha virado el oleaje inducido hacia el noreste, del sector central al centro-oriental de la ensenada.

El BOE 24/01/2004 publicaba la declaración de impacto ambiental sobre el proyecto "Ampliación del Puerto de Gijón" de la Autoridad Portuaria de Gijón, que establecía la necesidad como medida correctora para recuperar la anchura suficiente de playa de cuantificar las aportaciones de arena, en función del perfil de equilibrio de la playa y sus correspondientes batimetrías. En La Coruña las playas se han regenerado en 2010 en tres meses por 8.5 millones. San Lorenzo, turismo y empleo, siguen esperando.