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Los mejores dúos antiguos

El ovetense "Ensemble Allettamento" se lleva el gran premio del festival, con "Acciaccatura" aclamado por el público

Mario Braña y Elsa Pidre, durante su interpretación. JUAN PLAZA

El Festival de Música Antigua tiene su cara más visible en las actuaciones de artistas consagrados, cabezas de cartel que sirven de reclamo y a los que sería difícil ver en la ciudad fuera del contexto del festival. Pero la programación comprende una semana llena de actividades que van desde cursos de formación a charlas divulgativas o conciertos infantiles. Son veinte ediciones ya, y el festival ha sabido consolidarse y renovarse incorporando actividades que lo han acercado a un público cada año más numeroso y variado. Una de las iniciativas afianzadas en el programa es el "Concurso internacional de música antigua", que apuesta por dar a conocer el trabajo de jóvenes artistas y formaciones incipientes. En su sexta edición, el concurso es ya un referente dentro del panorama nacional, y el nivel de las propuestas que llegan a las fases finales así lo certifica.

Es un concurso de dúos, sin especificar instrumentos, pero a la vista de los resultados podemos afirmar que este año la música instrumental se ha impuesto claramente a la vocal. En la semifinal celebrada el martes fueron seis los dúos que se dieron cita, y solo los tres instrumentales pasaron a la final. "Les Silvains", "La Gentileza" y "Zagalas" en su apuesta por el repertorio vocal acompañado por clave (en el primer caso) y por cuerda pulsada en los otros dos. El jurado, formado por Nacho Rodríguez, FahmiAlqhai y Juan Lucas, optó por una final instrumental que tuvo lugar el miércoles en el patio del Antiguo Instituto.

Comenzó el "Ensemble Allettamento", formación de Oviedo integrada por Mario Braña (violín) y Elsa Pidre (violonchelo), que el año pasado se llevaron el premio del público y que este año obtuvieron merecidamente el del jurado. Además de una gran preparación técnica, su actuación evidenció una perfecta compenetración y la capacidad de transmitir emociones con un repertorio italiano del barroco tardío bien seleccionado para la ocasión. Empezaron con el "Ricercare a violino e violoncello nº1" de Platti, contraponiendo números en los que se imponía la sutileza, cuidando la dinámica del fraseo y aletargando de forma afectiva la melodía, con otros llenos de intensidad y brío en los que las progresiones melódicas ibandando luz a la obra. La sintonía creció aún más con el "Dúo para violín y violonchelo en Sol M" de Cirri, una obra con pasajes virtuosos ejecutados con solvencia y fluidez. Especialmente emocionante fue el Allegro final, donde el chelo se fue al registro agudo y la compenetración fue tal que el dúo parecía un solo instrumento multiplicando voces.

Los chicos de "Acciaccatura", grupo formado en Zaragoza en 2013, integrado por Berta Ares (violín) e Ignacio Laguna (tiorba y guitarra) fueron valientes y arriesgaron con el repertorio, logrando el favor del público. La Sonata 10 del "Roisenkranz" de Biber tiene un arranque sorprendente entregado a la expresión, pero la ejecución pronto quedó descompensada y el violín de Berta Ares pronto se impuso a la tiorba de Ignacio Laguna. Buen manejo de cuerdas dobles en los fraseos del violín, pero el control del tempo no fue preciso y algunos números resultaros demasiado veloces, hasta el punto de atascar fraseos que resultaron en finales atropellados. Más ajustados y canónicos fueron los aires de danza de la "Suite para violín y tiorba en Sol M" de Robert de Visée, destacó en especial la chacona final. Con la "Sonata prima" de Dario Castello nos trasladaron al segundo barroco con un rasgueo intenso en el efectivo final.

Marc Alomar y Maximiliano Segura fueron correctos, casi demasiado para lo que se le exige al barroco. Con una técnica depurada y una buena ejecución, lograron empastar perfectamente el sonido de sus violonchelos, pero el resultado fue monótono en el registro y en la expresión. Tanto en el "Canon a due violoncelli" de Domenico Gabrielli como en la "Sonata XI" de Antoniotto faltó riesgo y emoción. Solo el Allegro final de la "Sonata II en Do M" de Boccherini consiguió transmitir el afecto distanciando las voces de ambos chelos y dando más protagonismo a la gestualidad.

El concurso ha acabado, pero el festival sigue y tiene su principal reclamo en el concierto de la "Fura dels Baus" el sábado en el Teatro Jovellanos.

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