Iván F. G., de 22 años, testificó, ni siquiera tiene relación con los otros tres implicados. "No estaba allí, tienen que haberle confundido con otra persona, él no ha tenido nada que ver y podemos probarlo si nos dejan", sostienen varios amigos que ayer estuvieron esperando ante el juzgado una libertad que no se produjo. Estos mismos compañeros relatan que Iván F. G. supo que estaba siendo investigado después de que la Policía acudiese a su puesto de trabajo. Él estaba jugando al tenis con unos amigos y al saber este hecho se acercó a Comisaría, donde fue detenido. Ahora el testigo principal de la agresión ha declarado que no está seguro de que el detenido estuviera presente.

David S. M., de 20 años, e Iván F. G., de 22 años, ingresaron ayer en el Centro Penitenciario de Asturias de manera provisional después de prestar declaración en sede judicial como acusados de participar en la agresión de Fomento de hace una semana. Una agresión que mantiene al joven Germán Fernández en coma inducido en el HUCA. Pese a negar ambos su participación en los hechos, dado el impacto del suceso en la ciudad la magistrada del Juzgado de Instrucción número 1 de Gijón, Carolina Montero, decretó su ingreso en prisión provisional -que solicitó la Fiscalía por la gravedad del delito- y a la espera de la realización de una rueda de reconocimiento, no fijada a última hora de la tarde de ayer, a la mayor brevedad posible para que los testigos que les sitúan en el lugar de la paliza se ratifiquen o no.

David S. M. -amigo de Imad A. y Yeray R. V., los dos primeros arrestados por el caso- fue detenido en su domicilio en la mañana del miércoles por la Policía Nacional. El joven se vistió, calmó a su familia diciéndoles "tranquilos, estoy seguro que no he hecho nada; cuando llegué ya había acabado todo", y acompañó a los agentes. A su llegada a Comisaría solicitó, merced a su abogado, el "habeas corpus" al considerar que su detención era ilegal y que no tenía vinculación con el ataque contra Germán Fernández. Una pretensión desestimada por el juez en la misma tarde de su detención.

El joven, nacido en Bélgica y campeón de España de kick boxing, volvió a negar ayer en el juzgado su implicación en la reyerta, incluso alegó que ni siquiera se encontraba por la zona cuando se produjo la misma. Lo que sí reconoció es su amistad con Yeray R. V. e Imad A.. Con este último estableció lazos a raíz de la práctica de los deportes de contacto puesto que ambos coincidieron en un gimnasio de la ciudad para labrarse un futuro en el mundo del boxeo. Pero ambos fueron expulsados del centro, en el caso de David S. M. por apatía en el deporte mientras que en el caso de Imad A. fue a raíz de sus actos conflictivos.

La familia de David S. M., sin antecedentes de ningún tipo, estuvo durante horas a la puerta del juzgado a la espera de la decisión de la magistrada. "Es un buen chico, nunca se ha metido en problemas, trabaja y estudia a la vez", explicó María M., convencida de la inocencia de su hijo.

Es el de David S. M. uno de los primeros nombres que se barajó como el de presunto partícipe en la agresión. Es por eso que, hasta el día de su detención, ha estado recibiendo amenazas de todo tipo. Algunas a través de redes sociales de un individuo que le escribió: "hoy lloro yo, mañana sus familias; comienza la caza". Lo hizo en una publicación en la que adjuntaba imágenes de Imad, Yeray y el propio David. Estos hechos han sido denunciados en Comisaría por la familia del joven.