La asamblea de socios del Grupo Covadonga celebrada el pasado miércoles evidenció la fractura social que se ha producido en el club gijonés. La mitad de los asistentes abandonaron la sesión no sin antes mostrar un amplio abanico de discrepancias con la directiva que encabeza Antonio Corripio.

Este mismo grupo de opositores, en el que por el momento Melchor Fernández -exdirectivo en la etapa de Ángel Cuesta como presidente- es la cabeza visible, está ya realizando los trámites necesarios para presentar una moción de censura. De lograrlo sería la primera en los casi 80 años de existencia del club.

El proceso a seguir según recogen los estatutos vigentes se inicia con la petición a la Comisión Electoral de la documentación necesaria para la recogida de firmas que avalen la moción. Al menos deberán presentar un cinco por ciento del número de socios con derecho a voto lo que supone una cifra en torno a las 1.500 firmas. En su petición deben aportar el nombre y número de socio de las personas que se encargarán de la recogida de las firmas así como los motivos por los que se presenta la moción, motivos que deberán figurar en todos los pliegos de recogida de firmas. Para estos socios las razones son varias pero entre ellas destacan aspectos económicos, la fractura social a su juicio creada desde la llegada de esta junta directiva o el haber retirado el recurso presentado por la anterior directiva en el Supremo sin consensuar con los socios del Centro Asturiano, para que simultáneamente ellos también retirasen el suyo.

Medio centenar de estos socios son los que firmarán la solicitud para recibir la documentación y serán los encargados de la recogida de firmas. Si reúnen las necesarias las presentarán a la Comisión Electoral y desde ese momento el presidente tendrá un máximo de un mes para convocar una asamblea extraordinaria en la que se debata y posteriormente se vote de manera secreta. En caso de no convocarla los solicitantes podrán demandar que lo haga un juez. Tan solo se necesitará la mayoría simple para decidir la votación. Si esta es favorable a la moción el presidente queda inmediatamente destituido y se convocarán nuevas elecciones.