El himno de Asturias que cada día suena a las doce de la mañana en la Plaza Mayor de Gijón tuvo ayer unos coristas especiales. Más de un centenar de perros, de la mano de sus dueños, aunaron sus ladridos para pedir que se ponga fin a los envenenamientos que están sufriendo en los parques de la ciudad.

La protesta, organizada por la plataforma "Basta ya de envenenamientos hacia nuestros amigos peludos en Gijón" tenía como fin último entregar en el registro municipal más de 15.000 firmas, tres millares de ellas en papel y el resto por medio de la página web change.org.

"Queremos que el Ayuntamiento tome las medidas oportunas de una vez", solicitó Laura Yuste, impulsora de la campaña, quien pide al consistorio "que haya más vigilancia, que se coloquen cámaras y que se creen protocolos de actuación". Yuste aseguró que estos cebos envenenados o con alfileres para herir a los canes "se dan principalmente en los parques para perros o en Los Pericones", aunque aseveró que "en todos los barrios hay algún caso de estos".

Así lo ratificó Eugenia Paredes, de la Asociación Nacional de Animales con Derechos y Libertad (Anadel). "Gijón es una ciudad con muchos perros y hay que hacer algo para defenderlos", resumió, para lo que solicitó "una campaña divulgativa para que la gente sepa qué hacer en estos casos", aunque lo primordial es "denunciar, no solo en las redes sociales, para que quede constancia". Para ello puso de relieve la figura de la "Policía por los animales" instaurada en recientes fechas en la ciudad, "una iniciativa pionera en España", concluyó.