Al grito de "no a la guerra" dio comienzo a mediodía la propuesta alternativa y en contra del Festival Aéreo, "Folixa pola paz". Un espacio abierto que se celebra por tercer año consecutivo en el Pueblu d'Asturies. "Esto es una folixa en sí misma, con su música, teatro, actividades para los más pequeños, una jaima saharaui, y más actividades, con la idea de oponernos a un festival que es sobre todo de carácter militar. En donde se hace gala de aviones militares que en otros países bombardean y causan terror a toda la población y en especial a la civil", explica Carlos Pérez, miembro del colectivo Acción en Red.

Una disyuntiva mucho menos costosa que el consolidado desfile aéreo -organizada por el Conseyu de la Mocedá de Xixón, Acción en Red y la Coordinadora de ONGS del Principado de Asturias- en la que los participantes consideran que el dinero invertido en este proyecto no debería de ir destinado a "un espectáculo de guerra".

La iniciativa en realidad empezó a coger forma desde hace doce años, en el mismo momento del nacimiento del Festival Aéreo, con acciones puntuales que se oponían a su celebración y que cada año va ganando algo más de peso y apoyo entre la ciudadanía y entre algunos grupos municipales del Ayuntamiento, como Xixón sí Puede e Izquierda Unida. La semana pasada estos últimos respaldaron la iniciativa, en una intervención durante el pleno, en la que pidieron el rechazo a la celebración del festival por su componente militar y bélico.

El festival arrancó con la lectura y presentación del manifiesto donde una "ciudadanía activa y solidaria" exige la eliminación de este tipo de eventos que "no contribuyen a la sensibilización y a la cooperación humana con todas aquellas personas que huyen de sus países en conflicto de guerra", declara Carlos Pérez. A renglón seguido, el grupo de teatro "Actuación improvisada", con un hada como protagonista, llevó a cabo una interpretación con mensaje de la canción "Imagine" de John Lennon de fondo. A lo que le siguieron otra serie de actividades multiculturales como cuentacuentos "Cuentos por la paz", talleres y exposiciones para la concienciación de la crisis de los refugiados, todo ello con un único fin: la promoción de valores como "la paz, la solidaridad, el medio ambiente y la interculturalidad".

En la fiesta no podía faltar la presencia saharaui. Gijón es municipio de acogida este verano de 260 niños del proyecto estrella "Vacaciones en paz", promovido por la Asociación Asturiana de Solidaridad con el pueblo Saharaui, que trata de poner fin "al infierno en el que viven y facilitarles poder ir al médico", explica Carlos de la Parte, de la directiva de la asociación. "Un proyecto en el que las familias de acogida han menguado en comparación con otros años, y con el que hay ayuntamientos que no han querido cooperar argumentando que no tenían los recursos económicos necesarios, pero que en cambio sí han participado en el festival aéreo", prosiguió de la Parte mientras montaba la jaima.

La concentración logró reunir a gente involucrada con la causa y reivindicación de esta fiesta pacifista, como a Begoña Sors, profesora de música "Hemos venido aquí en protesta por la presencia de los aviones en Gijón. Ésta me parece una idea mejor para sustituir un evento que por mí, mejor se eliminaba, o al menos la parte militar, porque lo menos adecuado que puede haber es inculcar la guerra". Francisco Menéndez, químico gijonés, también se dejó ver en el Pueblu d'Asturies con su hijo. Para Menéndez lo interesante en Gijón es que "haya de todo; es algo positivo porque así les damos a los niños la oportunidad de conocer diferentes propuestas para que por ellos mismos en un futuro puedan elegir" finalizaba.