La plaza Periodista Arturo Arias y varios rincones más de Cimavilla fueron también espacios de contestación al Festival Aéreo. Pronto se llenaron de libros que la Asociación de vecinos de Cimadevilla y la Plataforma de Tabacalera ha estado recopilando durante los últimos días. "Ver a niños que no tenían la mirada en el cielo, sino el suelo repleto de libros, me pareció fantástico. Es donde se encuentra lo bonito de la vida, y más aún que en vacaciones tengan la capacidad de decidir qué actividad les gusta, me parece ya un gran paso" afirmaba María Pizarro García, una maestra gijonesa, que se hallaba sentada en una escalinata rodeada de varios ejemplares. "He cogido un libro de Nietzsche; a mi pareja y a mí nos encanta, nos hace pensar. Me encantaría que se le diese más repercusión mediática a este evento, de haberlo conocido previamente, yo habría salido antes de casa" concluyía.

Las dos entidades del barrio se han encargado de recolectar 1.000 obras de segunda mano que cualquier usuario quisiese donar para ponerlos a disposición de todos los viandantes del casco antiguo de la ciudad convertida en una "Biblio Calle". Una actividad a la que en un día como el de ayer no podía dejar de ponérsele un nombre alusivo, y ese fue: ba "Estallido de la Cultura". Entre los los diferentes títulos que podían encontrarse estaban obras de Montalbán, Alfredo Bryce Echenique, Pérez de Ayala y hasta la Constitución española.

La iniciativa logró captar la atención de todos los que merodeaban por la calle, inclusive de los que venían de visita en exclusiva para presenciar el Festival Aéreo. "Vine a ver los aviones, y me topé por la calle con los libros. Me parece una buena propuesta, está muy bien leer, como también lo está el desfile aéreo. Tiene que haber de todo", sostenía Estrella García.