Tras el carrusel de eventos que se sucedieron en la ciudad en el mes de julio, llegando incluso a coincidir en el tiempo, la normalidad vuelve a imperar en la noche gijonesa. Al menos a priori.

La agresión que la noche del viernes 14 de julio sufrió el joven Germán Fernández, que lo mantiene en coma en el HUCA, sumada a otros acontecimientos similares que se vienen dando en la ciudad, alguno de ellos protagonizados por los mismos agresores, han hecho que se presuma un velo de extrañeza en la noche gijonesa.

Los asiduos del ocio nocutrno aseguran que "nada ha cambiado, la gente que normalmente sale sigue saliendo, sin darle una mayor importancia", más allá del deseo común de la recuperación del joven gijonés, representado en los carteles que se pueden divisar en algunos establecimientos de la zona de Fomento, donde sucedió la agresión, con el lema "Todos somos Germán". Sin embargo, hay quien asegura que algo ha cambiado. "Te acuerdas, claro que te acuerdas, pero no puedes pensarlo porque si no, no saldrías de casa", aseveran quienes ven en ese presumible repunte de la violencia una excusa más que válida para "andarme con mil ojos, evitando siempre cualquier situación que pueda dar el mínimo pie a que ocurra algún hecho similar".

Hay otra vicisitud. De un lado, hosteleros y fuerzas de seguridad aseguran que la presencia policial es la correcta, que incluso se ha visto reforzada. Sin embargo, los clientes sí que reclaman aún más vigilancia para evitar este tipo de situaciones. "Todo contro es poco para sentirnos protegidos", aseveran.

Por su parte, el colectivo de taxistas, sí que advierte una relativa disminución de afluencia en la zona habitual de ocio y algún cambio de comportamiento. "No parece un fin de semana de verano", aseguraban la noche del pasado viernes. "Hay algo de susto", decía un veterano del sector.