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Por una escolarización sin hándicap

El Real Club de Golf de Castiello acoge un torneo y una velada solidaria de la Fundación Aramo, que terminó con un animado baile

Por la izquierda, Gustavo Fernández, Germán Heredia, Ana Díaz-Negrete, Pedro Lantero, Laura Heres, Mari Sela, María Piedad Díaz, Mayuti Palacio, Patricia Lantero, Conchita Medina, Miguel Díaz-Negrete y Miguel Díaz-Negrete hijo. MARCOS LEÓN

La fiesta derivada del IV Torneo Benéfico de Golf "Fundación Aramo", celebrada el pasado sábado en el Real Club de Golf de Castiello, constituyó un rotundo éxito. Se conjugó la suerte para ofrecer todos los aspectos positivos de una velada: magníficos premios, noche cálida, excelente menú, el justo número de participantes, gran ambiente y animado baile.

El acontecimiento se inició con la competición del premio de golf, disputado bajo la modalidad "stableford individual", en la que participaron unos 140 jugadores. Una vez finalizada ésta, se procedió al reparto de galardones. Formada la tribuna presidencial, tomó la palabra Pedro Lantero para contar que la Fundación Aramo nació en Asturias en 1991 con el fin de promover actividades de carácter social en beneficio de la familia y la educación. En este caso, el total de los beneficios obtenidos por participar en el torneo y asistir a la cena fue destinado a ofrecer unas becas de escolarización a aquellos alumnos cuyas familias no pueden acceder a la educación que desean para ellos. Asimismo, el señor Lantero señaló que se habían adherido a tal fin dos empresas, Lenol Consulting y Panopticum Legal. También se contó con una fila cero.

Los ganadores masculinos fueron, Miguel Díaz-Negrete, Germán Heredia, Miguel Díaz-Negrete, hijo; Gustavo Fernández, y Juan Carlos Tinuré. En el apartado de damas vencieron María Piedad Díaz, Ana Díaz-Negrete, Laura Heres, Mari Sela, y Mayuti Palacio.

Los ánimos se habían distendido; era la hora de cenar y departir. Y empezó la música. Al principio casi nadie se aventuraba a salir a la pista? Ah, pero había una sorpresa. Una pareja de bailarines, Laura y Alfonso, contribuyeron con sus coreografías a incitar al personal y todos se lanzaron a seguirlos en sus ritmos. Fue el éxito de la noche, todos los hits de moda fueron ensayados y celebrados. Hasta los más recalcitrantes salieron a bailar. Conclusión: la fiesta se llenó de música, de alegría y ritmo. Todos acabaron decidiendo que era la gran velada del verano: sana, solidaria y feliz. El año que viene, más. No se la pierdan.

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