Treinta mil personas. Es la cifra oficial -la que ofrece el Ayuntamiento- que enmarca el éxito del jueves de Antonio Orozco en su concierto en Poniente. Ya intuía in situ el artista y su grupo, pese a la negrura de la noche, que allí había mucha gente y que había que compensar tanto cariño. Así, algún miembro de su banda confesaba en las redes, con foto incluida del llenazo, que "ver esto a cinco minutos de salir y ponerte algo nervioso..." era todo uno. Marcos Orozco, ejerciendo de batería de su hermano en Gijón, también lo resumía bien: "bolazo con Antonio Orozco. Enamorado de este sitio". Tan enamorado como que el cantante pidió al público de Poniente si había alguien dispuesto a ceder una habitación o algo para que su hermano se quedara en una región que le había llegado al alma.

Fueron esos chascarrillos y ese colegueo con el púbico, así como las reiteradas alusiones del artista a lo impresionado y agradecido que se sentía con tanta gente delante, las que le hicieron conectar con una ciudad que le aplaudió a rabiar. Y las expresiones de entusiasmo le han seguido saliendo a Orozco en las horas sucesivas al concierto. "Bufff muy increíble lo de ayer, me voy hecho pedacitos... de Gijón. Pero lo repetiría una y mil veces. ¡¡GRACIAS!!", publicaba el catalán en su twitter con un enlace de la crónica de la web de LA NUEVA ESPAÑA y jugando con el titular.

Y lo cierto es que no fue para menos. Se tuvo que ir reventado Orozco, tras alargar su concierto más de dos horas y hacer alarde de una gran energía en escena. La que puso también, aunque con desigual éxito, en su intento de escanciar sidra. Uno, dos, tres... Orozco perdió la cuenta echando culinos ante el público y repartiéndolos entre su banda. Demostró que se había fijado bien en cómo escanciaban los camareros de la sidrería "Los Pomares", donde el artista y su grupo comieron horas antes productos de la tierra, entre ellos queso cabrales. No se atrevió, cuentan, con la fabada, por si le pasaba factura en el recital. Allí probó la bebida asturiana y se fijó bien en como la echaban los expertos. Luego se dejó abrazar por muchos clientes y el personal. "Fue muy amable, demostrando mucha cercanía", explicó el gerente, Jorge Ramos. Tanto que acabaron regalándole una camiseta de la promoción de la sidra denominación de origen con el eslogan "asturiana 100% auténtico". Y bien que cumplió con la promoción, al menos en el concierto de Poniente. Un recital que incluyó más guiños locales.

Como el hecho de que subir a escena a Lucía, una niña de Pinzales que se había perdido y que terminó ayudándole a pedir apoyo a un proyecto solidario para niños con cáncer. Justo después entonó "Mi héroe", canción con la que un grupo de seguidores desplegaron un mosaico de apoyo a Germán, el joven que permanece en el hospital por una paliza en Fomento. La frase y la canción se están convirtiendo en bandera de esta contienda que libran junto a Germán sus familiares y amigos. Y en Orozco tuvieron un aliado. Como la sidra.