Un desastre. Eso es, para los clubes de atletismo de la ciudad y para los aficionados al running en general la reforma del "kilometrín" impulsada por el gobierno de Foro. Lo cierto es que desde hace años muchos usuarios se quejaban del estado que presentaba el firme. Pero las solucioens no llegan. A finales de julio el gobierno local anunció que la reforma se prolongaría mes y medio por lo que los trabajos no estarán finalizados hasta mediados de septiembre por lo que los trabajos entran ahora en su recta final.

Lo cierto es que a día de hoy y a pesar de que se ha vallado por completo todo el recinto se ve poco movimiento de operarios en el "kilometrín". En su día el propio concejal de Deportes Jesús Martínez Salvador calificó el retraso de mala noticia a la vez que hacía público que "en el equipo de gobierno estamos molestos por el retraso. Es una obra que ya se aprobó el año pasado, que es necesaria y estamos en verano que es cuando la gente la necesita". Los trabajos se adjudicaron a la UTE que tiene el contrato de conservación viaria en la ciudad -constituida por API Movilidad y Dragados- y que no ha estado exenta de polémica.

El popular "kilometrín" lleva entre obras, cierres y críticas desde 2014. Entonces se quiso hacer de los problemas oportunidades y ya que se vería afectado por una gran obra de saneamiento en la zona se optó por aprovechar la ocasión para prolongar el itinerario hasta conseguir alcanzar el kilómetro y mejorar el pavimento. Cuando los corredores recuperaron su "kilometrín" a mediados de mayo de 2015 no daban crédito. Charcos, barro, durezas... La alcaldesa, Carmen Moriyón, visitó la zona y puso el grito en el cielo. "No quiero más explicaciones, quiero una solución", sentenció. Y esa exigencia la hizo delante del, entonces, gerente de la Empresa Municipal de Aguas (EMA), Pablo Álvarez Cachero, como responsable de la obra del colector.

Ya a finales de 2015, y a partir de una iniciativa que Izquierda Unida llevaba al Pleno, el edil de Deportes adelantó la opción de una reforma integral que permitiera dar a la pista un tratamiento de instalación deportiva aunque estuviera en un parque pública. El trabajo se organizó en dos fases. En la primera, en la que se ha vuelto a tropezar ahora, se buscaba la solución definitiva al problema del pavimento para evitar las acumulaciones de agua en días de lluvia por falta de drenaje y garantizar la uniformidad en todo el trayecto.