El paseo del Muro de San Lorenzo se convirtió en una vía de escape. Desde la escalera 14 hasta la "Madre del emigrante" combatía el estrés del trabajo. La arena de la playa, las olas y el agua del mar y el verde y montañoso paisaje -siempre con el atardecer de testigo- permitieron al arquitecto Daniel González Prieto (Gijón, 1989) evadirse de sus maratonianas jornadas entre planos, diseños y supervisión de las obras que dirige por toda la región. Pero fruto de sus inquietudes y su notable capacidad creativa, la paz y el descanso que le proporcionaban los paseos vespertinos se convirtieron en el embrión de un nuevo proyecto que hoy presenta en la Fundación Alvargonzález de Cimavilla, a las 19.30 horas, bajo el título "Simplemente Gijón".
La exhibición invita a "un paseo arquitectónico personal e intuitivo, cargado de colores y de sentimientos vivos, por la villa de Gijón" a través de trece cuadros digitales creados a partir de las técnicas más modernas de impresión.
Daniel González, que compagina sus labores de arquitecto con la de profesor en la Universidad de Oviedo en el Departamento de Construcción e Ingeniería de Fabricación, saca tiempo para desarrollar su talento en otra disciplina artística. Defiende una misma visión para la arquitectura y la pintura. La funcionalidad, la modernidad y la búsqueda de sensaciones, son sus rasgos característicos. Ambas facetas de su vida tienen el denominador común de la composición mediante el dibujo y del color mediante la luz y el empleo de nuevos materiales. Justifica la utilización de las técnicas digitales, también en la arquitectura, por gozar de "una mayor flexibilidad a la hora de explorar combinaciones de color y una mayor libertad imaginativa". A ello se unen las nuevas técnicas de impresión que "potencian aún más los efectos buscados".
La exposición, que comenzó a gestarse hace tres años, consta de trece obras. Seis de ellas, impresas en papel fotográfico a modo de láminas, componen una primera parte de la muestra y tienen un corte expresionista, donde prima el dibujo y la composición de perspectivas imposibles fruto de la imaginación del artista con emplazamientos concretos y conocidos como los Jardines de la Reina, la plaza del Carmen, el teatro Jovellanos, la plazuela San Miguel y el barrio alto. En ellas coincide una visión "más naif y desenfadada" de la ciudad.
Pero en la sala se percibe, a simple a vista, la evolución creativa de Daniel González hacia el impresionismo con la otra parte de su propuesta. En las otras siete obras de gran formato e impresas en cristal priman "las gamas de colores sugeridas por los atardeceres del Paseo del Muro" percibidas por él en sus paseos. El origen de la obra, defiende Daniel González, se relaciona con el movimiento impresionista de la segunda mitad del siglo XIX, ahí surgieron importantes evoluciones científicas y técnicas que permitieron la creación de nuevos pigmentos con los que los pintores darían nuevos colores a su pintura, generalmente al óleo. "Los pintores consiguieron una pureza y saturación del color hasta entonces impensables, en ocasiones, con productos no naturales". "Basándome en esto y ayudado por las nuevas técnicas tanto digitales como de impresión del siglo XXI expongo una serie de obras donde lo que prima es el color" para representar estas escenas de Gijón impresas en cristal de grandes formatos. "En las obras de la exposición se puede vivir un Gijón con su propio prisma de color", valora Daniel González.
Tras la inauguración de hoy la exposición permanecerá abierta hasta el 7 de septiembre, de lunes a viernes en horario de 12 a 13.30 horas y de 18.30 a 21 horas y los sábados sólo en horario de mañana.
