Son los principales protagonistas del Concurso de Saltos Internacional Oficial de España (CSIO). Los 175 caballos que participan en la 75 edición del torneo llegan desde todos los lugares del planeta. Las horas previas al inicio del torneo son esenciales para el desarrollo de las pruebas. Por esta razón son cuidados con todo lujo de detalles para que se encuentren en el mejor estado de forma a la hora de iniciar los saltos.

El avilesino Gerardo Menéndez es uno de los 74 jinetes participantes en el campeonato. Menéndez asegura que lo importante el día antes del inicio del campeonato es "instalarlos en las cuadras para que descansen". Una vez que ya han sido acomodados en sus respectivos habitáculos toca pasar la revisión veterinaria, porque "llegan de muchos países y es obligatorio que los jueces comprueben que no han sufrido ningún daño durante el viaje". Ayer fue el turno de ultimar los preparativos para que el primer día de competición "lo único de lo que nos tengamos que preocupar sea de subirnos al animal para competir", afirma Menéndez. Además de asegurarse de que los equinos disfrutan de un buen lugar de descanso también se cercioran de que cumplen con todos los requisitos de limpieza y que el material de patrocinadores, publicidad así como el pienso del que se alimentan no falte. La variedad en la participación es tan ta que el concurso hípico cuenta con jinetes procedentes de cuatro de los seis continentes: Europa, América, África y Oceanía. Además de España, que cuenta con el grueso de los competidores Europa también aporta jinetes y amazonas de Francia, Portugal, Alemania, Bélgica y Gran Bretaña, que son los que tienen los viajes más cómodos por la cercanía geográfica. Otros lo tienen más complicado al estar obligados a cruzar el charco._Es el caso de la estadounidense Reed Kessler, que a sus 23 años ya ha logrado más de una victoria en el Campeonato de Invierno celebrado en Wellington (Florida). Desde lo más lejos del globo terráqueo llegan Rowan Willis (Australia) y Samantha Mcintosh (Nueva Zelanda). En estos casos la necesidad de que sus animales minimicen el estrés y el agotamiento es aún mayor.

Joaquín Mortera de Garay, comisario jefe de la competición, destaca que la inspección veterinaria es "muy importante". Explica también que "se hace siempre en competiciones importantes como ésta, puesto que es un concurso 5 estrellas puntuable para el ranking mundial". Un grupo de veterinarios enviado por la Federación Ecuestre Internacional (FEI) es el que dictamina que el estado de los animales es óptimo para la competición. "También tienen que identificar a los caballos que llegan y comprobar, mediante la reseña gráfica, que son los que han sido inscritos previamente", reveló Mortera de Garay. Después llega el momento para el examen médico, que consiste en trotar a lo largo de 25 metros para que los veterinarios puedan detectar si exista cojera. Ayer, hasta tres equinos fueron echados para atrás al no cumplir con los requisitos de los controladores, por lo que a lo largo del día de hoy volverán a ser examinados para dictaminar si finalmente pueden participar en el certamen o se quedan al margen.

Además de los equinos con sus respectivos jinetes el otro punto de relevancia es la pista en donde tiene lugar la acción. Los obstáculos comienzan a montarse dos días antes del inicio de la competición._"Primero se marca el recorrido, después se procede al montaje y finalmente se decora con las plantas y las flores", declara Isidro Suárez, coordinador de las labores de pista.

La jornada previa al inicio suelen producirse algunos cambios en cuanto a la primera lista de participantes y en esta ocasión también los hubo. Varios de caballos y alguno de jinetes. Así, con Egipto no vendrá Sameh El Bahan y en su lugar lo hará Mohamed El Naggar. De la representación irlandesa se cayó Billy Towmey y Portugal añadió a Martín Portela de Morais, cambios que no varían el número de participantes: 74 en total.