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El agresor sexual de Jerez planeó viajar a Gijón para ver a la menor

El acusado, que decía vender teléfonos móviles por internet, ya se había ofrecido a llevarle uno a casa a la niña de 12 años

El agresor sexual de Jerez planeó viajar a Gijón para ver a la menor

Les separaban más de 800 kilómetros por carretera y su contacto no llegó a ser físico, sólo fue telemático. Pero la intención parecía clara. Por ello un individuo de Jerez está acusado de un delito de abuso sexual a una niña de 12 años de Gijón, a la que intentó embaucar con un señuelo de venta de teléfonos móviles de alta gama a bajo precio en portales de internet. El Código Penal establece que en tanto en cuanto la finalidad última de este perfil de delincuentes sexuales es materializar a futuro un encuentro con su víctima, eso supone una agresión sexual. En este caso se cumplió la práctica habitual y, por medio de engaños, el ahora acusado trató de visitar a la joven en Gijón.

Los depredadores sexuales, según explican portavoces policiales, actúan de forma similar, ocultos en la red. En este caso el imputado lanzó hasta 47 anuncios de teléfonos móviles. En uno de ellos "cayó atrapada" una niña de 12 años gijonesa. Tras un primer contacto comercial, y a sabiendas de la edad que tenía la menor, el acusado trató de ganarse su confianza para que le enviase vídeos y fotografías de contenido sexual. Incluso le pidió que instalara un programa de videoconferencia. Primero se lo sugería a cambio de una rebaja en el precio, después a cambio de enviarle gratis el dispositivo y, por último, a cambio de llevárselo en persona hasta Gijón.

Esa es la pauta repetida en quienes buscan, con esos acercamientos, culminar una agresión sexual. De ahí la recomendación policial hacia padres de niños y adolescentes para que extremen la precaución. El consejo capital es el de desconfiar siempre de los desconocidos en la red y no facilitar ni compartir imágenes comprometidas ni datos personales con personas que habitualmente "no son quien dicen ser".

Una vez que la niña gijonesa temió por las intenciones del hombre de Jerez, con el que había hablado en varias ocasiones para obtener el teléfono móvil, se lo comunicó a sus padres que decicieron guardar todas las pruebas para presentarlas con una denuncia en Comisaría. Esto permitió iniciar la búsqueda del sujeto que concluyó en su detención. La investigación permanece abierta en la ciudad gaditana para esclarecer si hubo más víctimas de ese casi medio centenar de anuncios ofertados. El Código Penal lo considera un delito de abuso sexual. Embaucar a un menor con el fin de que "facilite material pornográfico o le muestre imágenes pornográficas en las que se represente o aparezca un menor" tiene una pena de entre seis meses y dos años de prisión. Si se añade el propósito de concertar un encuentro con víctima la pena aumenta.

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