El Festival de Cine de Sitges, el certamen de cine fantástico de mayor prestigio del mundo, acaba de seleccionar el último documental del realizador asturiano José F. Riveiro para la próxima edición de esta cita, que se celebrará en la localidad catalana el próximo mes de octubre. El autor, gijonés de 1982, ha sido elegido por "Rebobinando". Es un documental de sesenta y seis minutos de duración en el que cuenta la desaparición de los videoclubes.

"Desde que tengo uso de razón me recuerdo entre pelis y he vivido de lleno tanto la edad de oro de los videoclubes como su ocaso", explica Riveiro. Afirma que en esos establecimientos, en los que se agrupaban novedades comerciales con títulos de enjundia, descubrió un montón de filmes que no había oportunidad de ver en ningún otro sitio. "Muchas se convirtieron así en obras de culto", añade.

Es el quinto documental de Riveiro. Pese a lograr hace dos años el premio al mejor largometraje asturiano en el Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX), por "La base del éxito", sigue trabajando como vigilante de seguridad. Como todo lo que ha filmado hasta ahora, "Rebobinando" es resultado de la vocación y el empeño: autofinanciación y equipo propio. Del sonido a la iluminación, es todo obra suya. El documental se pasará el 14 de octubre en la sección "Bigradoon" de Sitges, también conocido como Festival Internacional de Cinema de Cataluña. El certamen concede el premio "Brigadoon/Paul Naschy", en homenaje al director, actor y guionista de origen asturiano Jacinto Molina, gran icono del cine fantástico español.

Rivero ha rodado unos treinta cortos y se considera, fundamentalmente, un documentalista. Señala que "Rebobinando" es su obra más "ambiciosa" hasta la fecha. Ha tenido que localizar y hablar con una treintena de personas, la mayoría actores y directores: Andrés Pajares, Manolo Zarzo, Guillermo Montesinos, Sandra Alberti o Máximo Valverde, entre otros. Intérpretes todas que participaron en películas que tuvieron tirón en los videoclubes. Y también está el director Luigi Cozzi, capaz de contar las aventuras de Hércules o llevar a Nosferatu a las brumas de los canales venecianos. El director gijonés habla también en su cinta de la importancia que tuvieron en muchos cineclubes las más o menos discretas estanterías de cine porno: "Estoy convencido de que fue decisivo para que el sistema VHS se impusiera al Beta".

Riveiro narra las vicisitudes de videoclubes de Madrid o Gijón. Un cuarto de siglo (de 1980 hasta 2005), más o menos, durante el que los videoclubes conocieron el auge y su declinación. No había barrio que no tuviera uno o más establecimientos suministrando películas a los aficionados. Su apagamiento llegó por la expansión de Internet, las plataformas digitales o la piratería. El director recuerda que en su ciudad quedan apenas un par de videoclubes en funcionamiento, entre ellos el veterano VideoClub 85, en El Llano.

Además de "La base del éxito" (donde se acerca al fútbol y a las escuelas infantiles del Sporting) o de "Bienvenidos al paraíso" (analiza los problemas de contaminación ambiental en Asturias, sobre todo en Gijón y Avilés), Rivero ha firmado una obra como "La vida es un escenario". En esta cinta traza un retrato del popular cantautor Jerónimo Granda.