La campaña "Tengamos la tapa en paz", que busca concienciar sobre los problemas que generan los restos de suciedad en las terrazas hosteleras como fuente de atracción de palomas y gaviotas, es sólo el más reciente de los movimientos municipales en sus programas de actuación para el control de las aves en el concejo. Los últimos datos oficiales del área de Medio Ambiente, y referidos a lo que va de año, hablan de la retirada de 668 huevos y 568 polluelos en nidos de gaviotas y la captura de 131 ejemplares de palomas. En el caso de las palomas hay una segunda campaña prevista para la temporada de otoño-invierno. El año pasado se retiraron 341 ejemplares. El control de los estorninos se hace espantándolos de sus dormideros habituales por métodos sonoros.

Aunque palomas y gaviotas siguen siendo un quebradero de cabeza para los gijoneses y el Ayuntamiento, el informe publicitado desde el área de Sostenibilidad y Cambio Climático, avala la bondad de las campañas que se vienen realizando desde 2006 con la intención de rebajar, o por lo menos contener, estas poblaciones de aves.

En el caso de las palomas se ha conseguido una reducción del 60% pasando de los 5.000 a los 2.000 individuos, según los datos censales de 2006 y 2012. Ese interés municipal por reducir el número de palomas choca con su elevada tasa de reproducción y la facilidad de encontrar alimentos que consiguen a través de ciudadanos que las siguen cebando en los parques.

Las actuaciones de control de la población de gaviotas, en concreto de la patiamarilla, se remontan a 1996. La estadística fija que la población se ha estabilizado en los últimos años en unos 650 parejas reproductoras.

Este tipo de campañas le cuentas a las arcas municipales unos 60.000 euros al año. Pero también hay que tener en cuenta los costes para la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente. Sólo hay que ver que el año pasado se realizaron 2.980 actuaciones puntuales de limpieza de excrementos de animales detntro de un plan de atención de 30.000 puntos de uso intensivo.