La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una clínica gijonesa, pionera en aplicar la realidad virtual a la terapia psicológica

Los pacientes pueden tratarse de diversas fobias gracias a unas gafas que les permiten recrear con todo detalle situaciones estresantes

Bárbara Gogénola muestra el software del programa de realidad virtual. JUAN PLAZA

Las nuevas tecnologías toman la calle, y también entran de lleno en las consultas médicas. Un gabinete psicológico de Gijón, también con consulta en Oviedo, se ha convertido de hecho en pionero en la aplicación de la realidad virtual a algunas de sus terapias.

La responsable de la consulta, Bárbara Gogénola, decidió empezar a utilizar una herramienta ya de por sí innovadora, creada por dos jóvenes estudiantes hace años y que aplicada al campo de la psicología puede tener un efecto muy positivo para el tratamiento de numerosos trastornos. La herramienta se llama "Psious" y se trata de la primera plataforma on-line específicamente creada para la salud mental. Diseñada por psicólogos para psicólogos, usa la realidad virtual y la tecnología 3D para el tratamiento de trastornos de ansiedad porque, como señala la psicóloga, "mejora las terapias cognitivo conductuales con algo más eficaz que la imaginación".

En la práctica se trata de unas gafas de realidad virtual que reproducen entornos y situaciones diversas en las que los profesionales sumergen a los pacientes para hacer frente a su ansiedad, consiguiendo una situación "completamente realista y que además puede ser regulada por el profesional, que puede, por ejemplo, añadir más o menos tensión a cada escena". El equipo se completa con unos sensores biomédicos que se colocan al paciente durante el desarrollo de la terapia, de tal manera que miden las constantes y reacciones de las personas que prueban esta herramienta cuando se exponen a situaciones que para ellos resultan angustiosas.

El abanico de trastornos que se pueden aprender a dominar con esta metodología es muy amplio: desde trastornos por estrés postraumático a trastornos por accidente de coche, por agresión sexual, miedo a quedarse a solas con hombres, por asalto del hogar, trastornos obsesivo-compulsivos de agresión física, de higiene, de saltar desde alturas, de acción temeraria en coche, trastorno de déficit de atención e hiperactividad, trastornos del estado del ánimo, insomnio, entrenamiento en habilidades sociales y comunicativas, paranoias de persecución, agorafobia, adicción al alcohol, hipocondría y fobias situacionales.

La terapia permite a cada paciente afrontar aquellas situaciones que le causan angustia, de forma individualizada y completamente segura. Por ejemplo, quienes tienen miedo a volar pueden sumergirse, gracias a las gafas de realidad virtual, en una escena completa de despegue, sentados en una butaca y con una completa recreación del interior del avión. De este modo "pueden recrear aquello que les da miedo y aprender a dominarse", relata la psicóloga. Además, permite al profesional regular los niveles de estrés en función de la evolución del paciente, y controlando en cada caso que la terapia le esté ayudando "a dar pequeños pasos", señala Bárbara Gogénola.

La herramienta está teniendo muy buena acogida entre los pacientes, que "la ven con curiosidad y no tienen reparo a la hora de probarla". Y los resultados, asegura Gogénola, "son muy buenos", porque "funciona mejor que cuando pides a las personas que se imaginen la situación traumática, la imaginación es libre y realmente como expertos no sabemos qué está dibujando la persona en su cabeza. De este modo controlamos mucho mejor el escenario y vemos siempre lo mismo que ellos ven", explica.

Las nuevas tecnologías sirven ya para casi todo. Incluso para imaginar mejor. Y, como no, para enfrentarse a los miedos.

Compartir el artículo

stats